El vino y sus amantes

En este sentido, no fue hasta el año 3.000 antes de Cristo cuando se produce el verdadero nacimiento del vino en la antigua Mesopotamia a las orillas del río Nilo. Los egipcios fueron los encargados de cultivar la vid y fermentar su mosto en grandes vasijas de barro. Desde ese momento, el vino se convirtió en símbolo de estatus social.

Sin embargo, hay preguntas que por muy simples que parezcan, pueden ser difíciles de contestar. Una de ellas es, ¿por qué nos gusta tanto el vino? Es cierto que el vino tiene una dimensión social; ya sea en una cita romántica o una cena con de amigos, una buena botella de vino nunca suele faltar.

De hecho, muchos poetas han intentado describir las emociones que conlleva descorchar una botella de vino. Uno de ellos fue el famoso escritor argentino, Jorge Luis Borges: "Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia como si ésta ya fuera ceniza en la memoria".

El buen vino Soriano

Por suerte, Soria es un paraíso rural, y Castilla y León es una de las Comunidades con más rutas enoturísticas certificadas de España, gracias a las seis Rutas del Vino. Convirtiéndose de esta forma, en una oportunidad tanto de ocio como de negocio para los sorianos que tengan interés en trabajar en el sector turístico relacionado con las catas de vino, y la riqueza gastronómica local.

Del mismo modo, las pequeñas y medianas empresas siguen luchando por popularizar las Rutas del Vino con denominación de origen Ribera del Duero a un nivel nacional como internacional a través de Internet. Por esta razón, cada vez hay más restaurantes, hoteles y bodegas con página web propia, con la finalidad de poder mostrar instalaciones, conocimientos, o la calidad de sus productos de una forma más inmediata.

Si finalmente decidieras acudir a una Ruta del Vino recuerda que el primer contacto es la fase visual, lo que se diría como "beber a través de los ojos". Prestar atención a los pequeños detalles como puede ser el color, la intensidad, o la nitidez del mismo, te ayudará a disfrutarlo mejor.

En la segunda fase, oleremos el vino para intentar descubrir los aromas primarios como son las uvas, el terreno, etc. Seguidamente, moveremos la copa para oxigenarlo y descubrir los aromas secundarios como son la fermentación de la uva. Si somos lo suficiente buenos en esta fase, podremos hasta revelar los llamados aromas terciarios, mucho más difíciles de percibir, ya que son notas muy sutiles como pueden ser los frutos secos, o el roble.

En tercer lugar, ya podemos degustar el vino, y entraremos en la llamada fase gustativa. La clave estará en tomar una pequeña cantidad para intentar recorrer toda la lengua con el mismo, y así desenmascarar los sabores dulces, ácidos y amargos de la cata. Lo ideal es que consiga un equilibrio perfecto, y entonces será un vino redondo.

Por otro lado, si te gusta este mundo lo suficiente para desarrollarte profesionalmente, recordarte que el INEM ofrece durante este 2017 un curso gratis presencial, a distancia, u online impartido en Soria con la aplicación de conceptos teóricos y prácticos. El curso está compuesto de 9 módulos que abarcan desde la uva como materia prima, pasando por la denominación de origen, la cata de vino, o incluso la sensibilización medioambiental.