Luz y mucha participación en la primera procesión de la Pasión de Jesús en Soria

La espléndida mañana primaveral -o más bien casi veraniega- ha animado a los sorianos de la capital soriana a salir a la calle, para ver la primera procesión de la Semana Santa de Soria, la de la Borriquilla, que recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén. Es una procesión singular, muy colorida, porque los niños de todas las cofradías tienen un protagonismo especial. Además, la vistosidad que dan las palmas aportan un movimiento muy especial al cortejo.

La procesión ha salido de la iglesia de la Mayor, después de la bendición de palmas y ramos, y ha recorrido el centro de Soria, por El Collado, para volver a la altura de la plaza de San Esteban y regresar a la plaza Mayor, para encaminarse a la Concatedral de San Pedro. La banda de cornetas del Santo Entierro y los tambores de Las Caídas de Jesús han aportado los ritmos al desfile, muy bien acogido por los sorianos, en este estreno procesional, en el que el tiempo ha acompañado.

Antes, por la mañana, las parroquias sorianas han celebrado sus actos de bendición de ramos y palmas, destacando el acto que se celebra en la iglesia de Santo Domingo, donde llega la Cofradía de Ecce Homo, desde la iglesia de los Padres Franciscanos. En Santo Domingo se lleva a cabo un simbólico acto, cuando la abadesa del convento de las Clarisas, reclinada, espera al capellán de la cofradía, que le ofrece su palma.

Este es uno de los detalles de la sobria y devocional Semana Santa de la ciudad de Soria, declarada de interés turístico regional. Ese recibimiento de la palma, recuerda cuando en el Domingo de Ramos de 1212, Santa Clara recibió la palma del obispo de Asís, el día que iba a dejar su hogar y a iniciar su vida religiosa.