¿Los políticos pueden traer una empresa que genere más empleos que lo que crearía la nueva prisión de Soria si se abre?
Exterior del nuevo centro penitenciario de Soria.
La falta de un colector de aguas sucias sigue siendo la excusa para no abrirse la nueva prisión de Soria, en las que todos los sorianos y el resto de españoles han invertido un centenar de millones de euros para nada, de momento. También falta equipamiento y, lo que es más importante, no parece que el Gobierno tenga ‘prisa’ en convocar la oferta de empleo público necesaria para crear las plazas de funcionarios que se necesitan. ¿Puede traerse a Soria una empresa que genere más puestos de empleo, cientos entre directos e indirectos?
Es lo que denuncian y preguntan los responsables sindicales de los funcionarios de prisiones de Soria, de las diferentes organizaciones, que no asistieron a los recientes actos de la fiesta de La Merced, y que -junto con el resto de compañeros de las prisiones de Castilla y León- participaron el pasado lunes 9 de octubre en una concentración autonómica conjunta ante la Subdelegación del Gobierno de Burgos, convocada por CSIF, CC.OO, UGT y APFP. La precariedad laboral, la falta de funcionarios y las agresiones eran las principales quejas. Y en el caso de Soria, además, la exigencia de la apertura de la nueva prisión. “No se entiende que no se tomen las decisiones y se realicen las acciones necesarias para que se abra ya”, considera CSIF.
En la prisión de Soria están vacantes unas 25 plazas de funcionarios, que no se cubren, y que representan el 20% de la plantillas La zona más afectada es la de vigilancia, en la que el porcentaje de puestos vacantes asciende a más del 30%, denuncia CSIF.
En el área de los talleres productivos, que son el elemento más característico de la prisión de Soria, y una referencia para el resto de prisiones de Castilla y León y de España, faltan 3 funcionarios, un número significativo para poder gestionar adecuadamente los talleres.
Se da la circunstancia de que el funcionamiento de estos talleres, que dan trabajo a la inmensa mayoría de los internos, gracias a la colaboración de empresas sorianas, es la seña de identidad de la prisión soriana, a la que piden el traslado -precisamente por los talleres- no pocos presos de otros centros penitenciarios de España. Sin embargo, las amplias instalaciones de los talleres de la nueva prisión esperan vacías, junto al resto de dependencias, teniendo que continuar en una vieja prisión obsoleta.
La prisión de Soria se encuentra con una ocupación del 160%, muy por encima de su capacidad, con una saturación de las más altas de Castilla y León y de España. La edad media de los funcionarios de prisiones en el centro de Soria está en 54 años.
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