A los picos de Urbión por la Laguna Negra

Hasta la Laguna Negra podemos acceder o bien por la carretera o bien entre el bosque, en una ruta marcada por los árboles. Aunque la belleza no es menor en los meses de verano, en invierno es cuando quizá este paraje sea más llamativo, pues la nieve cubre prácticamente todo el bosque y la Laguna se hiela.

La Laguna es fruto de un iceberg que hace más de dos mil años descendió de la sierra, y que hoy en día está encajada a unos dos mil metros de altura, entre paredes graníticas y bordeada por infinitos pinares. Su aspecto tenebroso y sus aguas oscuras dan nombre a este espacio acuático que se rodea también de praderas con míticos pinos y hayas de enorme tamaño. Es un lugar que ha fascinado al hombre desde lo antiguo, como lo demuestran leyendas e historias como la de la Tierra de Alvargonzález.

Para ascender desde este paraje a la cumbre más elevada de la provincia de Soria, nos dejaremos guiar por la pasarela de madera que recorre la laguna, llegando a unas piedras pintadas de colores que nos indican que empieza el ascenso. Al llegar a una bifurcación, elegiremos la ruta que lleva a la Laguna Helada, siguiendo el hito de piedras y monolitos que forman el camino para no perderse. Tras unos kilómetros, lo que se alzará ante nuestra vista será la Laguna Helada, de forma redondeada y cubierta de algas, un buen lugar para descansar.

Nuestro ascenso nos llevará hasta el camino que da directamente al pico de Urbión. La subida al pico posee una vista estupenda, pudiendo posteriormente llegar hasta el nacimiento del Duero. Podemos pasar a reponer agua y disfrutar de las vistas, que dan hacia la provincia de Logroño.

La bajada, más fácil y mejor señalizada, pero no menos interesante, la realizaremos por la Laguna Larga. Conseguiremos así bajar de nuevo a la Laguna Negra sin la sensación de haber hecho el mismo recorrido y disfrutando de forma diferente.