Desde dentro: Carta de una soriana con coronavirus aislada en Valladolid

Me encuentro en el sofá de mi casa. Día 3 de aislamiento. En soledad. Pensando en todo lo que acontece ahí fuera. Ante las últimas noticias recibidas, me gustaría transmitir un mensaje de tranquilidad a la población. Frenar la inquietud. Hacer hincapié en la necesidad de comportarnos con responsabilidad, naturalidad y sensatez. Por ello, me decido a compartir mi propia experiencia.

Elijo este medio por considerar personalmente que es uno de los pocos que esta tratando la información de manera profesional, responsable, respetuosa y sensible para con nosotros, los afectados con el virus; la población “alarmada”, así como, consigo mismo, transmitiendo información trascendental y contrastada.

El contagio por coronavirus es imprevisible. Mi experiencia, me ha demostrado que el contagio es mucho más sencillo y rápido de lo que podamos imaginar. Soy consciente de que existe un nivel de histeria y psicosis al que nunca antes nos habíamos enfrentado. Desde dentro del contagio, desde la afectación por el nuevo virus, me encuentro calmada, tranquila y trato de actuar con prudencia. Algo que considero vital en el resto de las personas para abordar las circunstancias que nos rodean.

El desarrollo del virus y la manera en que se manifiesta en cada individuo es variable e impredecible. Sin embargo, de manera general, en personas sanas sin patologías previas creo que es una enfermedad que no supone mayor problema que algunos síntomas leves. Según cada individuo, quizá algo de fiebre, tos, dolor de cabeza o malestar. Incluso podemos estar contagiados y no presentar síntoma alguno.

La manera de abordar esta situación no es tan complicada. Al menos, no lo fue la mía. Te paras a pensar y te planteas si te encuentras del todo bien y/o has estado en contacto con alguien que ha resultado ser portador del virus. Si la respuesta es que te encuentras mal o confirmas que efectivamente has compartido tiempo y lugar con una persona infectada; no pasa nada. Llamas al teléfono de atención sanitaria, cuentas tu situación y pides consejo sobre cómo tienes que proceder.

Se requiere paciencia, eso sí; pues el sistema y los especialistas están bastante desbordados. Esperas la llamada de un epidemiólogo que valore tu caso. Él te indica si debes quedarte en casa, realizarte la prueba o puedes realizar vida normal respetando escrupulosamente los consejos de prevención que ya todos conocemos (salir lo menos posible, no acudir a lugares masificados, lavarnos las manos con frecuencia, no tocarnos la cara, etc.).

De esta forma, sin quererlo ni esperarlo, es como me vi, de repente, confinada en casa, a la espera de una toma de muestras, que pronto resultó ser positiva. A partir de ahí, me conciencié de la importancia de seguir los consejos aportados por el soporte médico, el cual mantiene conmigo contacto diario vía telefónica y esto les permite llevar a cabo un seguimiento continuo de cada paciente y la influencia de la enfermedad.

Es muy probable que todos, o al menos, muchos de nosotros tengamos que superar este nuevo desafío denominado coronavirus, por lo que:

- Calmen sus inquietudes, intenten no alarmar a vecinos, familiares, amigos... Y quédense con

lo esencial: seguir los consejos aportados por las autoridades y el personal sanitario con el objetivo de proteger a la población más susceptible, ancianos y personas con patologías previas, así como, frenar la curva exponencial de contagios que se está produciendo en este preciso momento y que puede colapsar el sistema sanitario impidiendo así que gente que lo necesite pueda no ser atendida.

La prioridad es mantener la salud de todos.

KEEP CALM & STAY AT HOME