Investigan a dos hombres como presuntos autores de un delito de maltrato animal

Fuentes oficiales han desvelado este miércoles que el equipo de SEPRONA de la Comandancia de la Guardia Civil de Soria tomaba manifestación el pasado viernes, 3 de julio, en calidad de investigados, al propietario de una explotación porcina de la provincia y a uno de sus empleados, de 48 y 58 años respectivamente, como presuntos autores de un supuesto delito de maltrato animal.

Los agentes tuvieron conocimiento de los hechos a través de una denuncia interpuesta por un trabajador de la citada explotación porcina y han tenido acceso a un vídeo en el que se observa como uno de los investigados se encuentra sacrificando una cerda dándole martillazos con una maza en la cabeza, hasta provocarle la muerte.

Tras conocerse los hechos, por parte de la Guardia Civil se procedió a la identificación de los autores y a la apertura de una investigación, con el fin de comprobar si se trata de un hecho aislado o es el procedimiento habitual utilizado en la explotación para sacrificar a los animales enfermos.

A la vista de los hechos, se han instruido las correspondientes diligencias policiales, que serán remitidas al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Almazán y copia a la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Soria.

Por otra parte y como los hechos a su vez pueden ser constitutivos de varias infracciones a la normativa sobre bienestar animal, se va a proceder también a denunciar a estas personas ante el Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León en Soria.

Normativa para el sacrificio animal

Existe numerosa normativa sobre bienestar animal, tanto a nivel europeo como a nivel nacional y autonómico, en la que se establecen las medidas que se deben tomar para la protección de los animales en el momento de su sacrificio, con el fin de evitar el dolor y reducir al mínimo la angustia y el sufrimiento.

En el caso del sector porcino, los métodos de aturdimiento más utilizados son el aturdimiento eléctrico mediante pinzas eléctricas, la narcosis con CO2 y la pistola de perno cautivo, ésta última usada para el sacrificio de emergencia.