La villa romana La Dehesa celebró una jornada sobre apicultura con una interesante cata de mieles sorianas

La jornada comenzó escuchando a un colmenero ilustrado, Alfredo Vallejo, que resaltó los modos de la vida de las abejas, tan necesarios para que en el mundo se mantenga la biodiversidad, por la labor de polinización que estos insectos realizan en el medio natural.

Luego habló de los productos que elaboran las abjeas, como la miel, propoleo, polen o cera. También se refirió al peso económico que en la actualidad tienen estos productos en todo el planeta y como, desde las primeras civilizaciones humanas, se han usado los productos de las abejas como alimento, medicina o cosmética.

Por ejemplo, el mundo romano producía y consumía la miel, además de como un edulcorante perfecto, como base alimenticia de primer orde. Incluso la palabra sigue estando presente en la expresión popular ?luna de miel?, que proviene de esta civilización romana.

SoriamuseuM, empresa soriana asentada en el medio rural, pretende que el Espacio Cultural que es la villa romana, sea también una ventana que puede apoyar y mostrar los productos sorianos de calidad. Por ello, y por la donación hecha por la empresa Flor de Miel asentada en Matute de Almazan, se pudo realizar por primera vez en Soria una cata de siete mieles sorianas diferentes: tomillo, romero, espliego, biercol, mejorana, cantueso y roble.

El análisis sensorial de estas variedades de mieles fue realizado por Cristina Aldavero, experta catadora, que fue conduciendo de manera atractiva y con un verbo ágil a los 12 catadores, y al público asistente. Una ficha sensorial para cada una de las mieles realizada por cada uno de los 12 catadores, hará posible que en próximas fechas se divulguen unos resultados que servirán para futuras experiencias, y que poco a poco puede hacer que el mercado valore la calidad de nuestras mieles sorianas.

El espacio se ambientó con materiales e instrumentos usados en la apicultura tradicional, además de las reproducciones de las láminas florales realizadas en el siglo XVIII por el botánico y explorador José Celestino Mutis. Finalmente, se invitó a los visitantes a observar el motivo denominado 'panal de abeja', existente en los mosaicos de uno de los lados del peristilo de la villa romana.