La Junta concluye las obras de consolidación de la ermita de Brías

El proyecto ejecutado ha abordado los siguientes aspectos: retirada de vegetación y eliminación con herbicida en los lugares donde lo han permitido los enterramientos existentes; consolidación, limpieza y reposición de muros reventados (especialmente el norte); arreglo de la cubierta del ábside, reutilizando los materiales existentes; enlosado superior en la espadaña para evitar filtraciones; repaso de estabilidad y limpieza de la cruz monolítica de piedra; reposición de aleros pétreos, con el fin de evitar en lo posible filtraciones de agua por las cumbreras en los muros.

Se ha consolidado el conjunto de la portada, impermeabilizándola y dando salida al agua de escorrentía en su parte superior, limpiando y rejuntando su despiece. Además, se ha reparado la puerta de acceso y sus herrajes, afianzándola a la parte interior de la portada. Las obras han contado con el correspondiente seguimiento arqueológico.

El uso de su interior como cementerio impide que se pueda acometer la reconstrucción de su cubierta por cuestiones de salubridad.

TEMPLO ROMÁNICO DECLARADO BIC

La Ermita de Nuestra Señora de la Calzada, propiedad del Obispado de Osma-Soria, fue declarada BIC, con categoría de Monumento, en junio de 1996.

Este templo románico, situado entre huertas junto a un manantial, a poco más de un kilómetro del pueblo de Brías, en la carretera que conduce a Nograles, se convirtió en ermita tras la construcción de la actual iglesia parroquial de la localidad, y posteriormente en cementerio.

La fecha de su construcción puede situarse en los primeros años del siglo XII. Presenta una planta sencilla, con una sola nave rectangular y cabecera con ábside semicircular. Se construyó con muros de mampostería ordinaria, reforzada en sus esquinas con sillares.

El imafronte (fachada principal) se prolonga por encima del hastial, en una espadaña con doble hueco campanero. El otro hastial, el que separa la nave del presbiterio, se remata con una gran cruz de Malta que pudiera ser original.

El templo sólo conserva la cubierta de la cabecera, una bóveda de horno sobre el ábside y una bóveda de cañón sobre el tramo recto, arrancando en ambos casos de una imposta de nacela; todo ello aparejado en mampostería, salvo los hastiales.

La nave debió cubrirse con una techumbre de madera, hoy caída, sobre la cornisa sobre canecillos de doble nacela, algunos de bolas, que remata los muros.

De la decoración escultórica, resaltar los capiteles decorados que rematan las columnas del arco triunfal. El capitel de la derecha presenta una esquematizada Virgen con el Niño sedente en su centro, sencillamente labradas y en buen estado de conservación. A un lado, aves luchando; al otro, un juglar tocando un instrumento de cuerda y una mujer bailando. Enfrente se encuentra el otro capitel, en el que un oso se dispone a atacar a unos hermanos siameses que portan un hacha y otro arma sobre los hombros, mientras parece que reciben auxilio de un caballero.

Lo más destacable de la iglesia es la portada que se abre al sur, en un cuerpo de sillería resaltado rematado por una cornisa de bezantes, ejemplo más oriental de influencia de San Esteban de Gormaz, pues para Gaya Nuño esta portada está influenciada iconológicamente por el taller del Rivero de San Esteban de Gormaz. Su capitel entrelazado recuerda a los de Tiermes, Caracena y Andaluz.

Asimismo, su arquivolta sogueada es un motivo que se halla en Matamala de Almazán y Lodares del Monte. Una sirena de doble cola, como las sanestebeñas aunque más ruda, se labró en uno de sus capiteles, que se guarda en la parroquia de San Juan.