La Federación castellano y leonesa de este deporte aduce que en las monterías de la región no se da una acción lucrativa. Dicen que la Administración "ha errado el tiro".
"La Inspección de Trabajo y Seguridad Social ha abierto la veda". En estos términos se han expresado desde la Federación de Caza de Castilla y León que aseguran que la Administración trata de demostrar la relación de prestación laboral "y por tanto económico en la montería española".
Así, han explicado que en algunas se ha requerido por esta Inspección de Trabajo a quien organiza una montería para que presente libro de matrícula de sus trabajadores, contratos de servicios a rehaleros, prestadores del catering, pago de honorarios de veterinarios, y así un largo etcétera, "como si de una factoría se tratase". Algo que los cazadores de la región "no resulta extraño", porque se trata de "empresas orgánicas", que tienen como una de sus actividades la celebración de este tipo de actividades para las cuales contratan un terreno para organizarlas a cambio de la obtención de una contraprestación económica, "que lleva implícito el legítimo lucro de la misma".
Que existan estas formas de caza y empresas capaces con ello de generar beneficio empresarial, "ni mucho menos quiere ello decir que toda montería tenga el mismo objetivo y aún menos las mismas componendas en cuanto a relaciones contractuales de los intervinientes en la misma", han manifestado, denunciando aquí que los responsables en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social "se han encargado de organizar una campaña a nivel nacional". Una medida que busca localizar aquellas monterías donde pudieran existir estas supuestas relaciones de trabajo, ya sea por cuenta propia o cuenta ajena, "y a la que ponemos la gran objeción de que trata a toda la geografía española por igual, y por tanto sin apreciar que no es lo mismo la montería que se puede celebrar en Toledo o Badajoz, como las que se celebran en Soria, León o Valladolid, que en su inmensa mayoría son realizadas por un club deportivo, sobre un terreno que tiene arrendado el propio club, sin la existencia de ningún lucro y sí de una actividad deportiva y lúdica".
De igual modo, han señalado que los propietarios de rehalas, tienen asegurada "una fuga económica de sus propios recursos, si bien así lo admite porque así lo disfruta". Se trata de una voación que no lleva implícito obtener ingresos "y sí que le genere los menores gastos y a sabiendas que son muchos los inconvenientes burocráticos". Por ello, han descrito que las "monterías sociales" los propietarios de los peros "no realizan una prestación de servicios" y , participan como un cazador más cumpliendo "una función específica" con sus animales para conseguir el fin que comparten todos los participantes, que es "localizar, perseguir, abatir y capturar a las especies cinegéticas objeto de esa montería". Por ello, han incidido en que el rehalero, y de manera ocasional percibe una compensación por los kilómetros que hace un su vehículo específico para transportar los canes, otras algún puesto en esa montería, "y normalmente siempre una gran satisfacción por ese día de caza en compañía de esos fieles perros a los que dedica mucho tiempo todo el año".
Una actividad de la que han afirnado que no se desprende actividad económica como para generar un alta en el Régimen de Trabajadores Autónomos "y menos aún una relación de dependencia con aquel auxiliar que a veces es acompañado en ese día de caza". Un cazador que asiste a la montería, según conciben desde la Federación, "guiado de la misma afición que el resto de los que participan, compartiendo vivencias con los perros de su amigo o su padre, que suele ser en muchos casos". Algo que han resaltado que no puede calificarse generador de una relación por cuenta ajena bajo la organización y dependencia del rehalero, que es lo que motivaría un alta en el Régimen General de la Seguridad Social.
Por tanto, esta campaña lanzada desde la Administración, "será trabajo baldío" en la Comunidad. Pese a que las monterías sí generan ingresos económicos, "no lo son para quienes participan en la misma, lo hacen para armerías, gasolineras, restaurantes, arrendatarios, etc, esos agentes productivos en torno a la misma y que no son los que directamente participan, dándose la circunstancia que en muchos casos son los mayores ingresos que tienen los ayuntamientos de esta Castilla y León. Por tanto aquel ha errado con el tiro, ha de apuntar a otro lado", han concluido.