Gracias al Partido Popular volvemos a un sistema acorde a nuestra Constitución y que es bueno para la sociedad, porque nace del principio de defender al más indefenso que es, en estos casos, el no nacido
El Gobierno del Partido Popular ha presentado finalmente, cumpliendo así con uno de los pilares fundamentales de su programa electoral, la esperada reforma de la Ley del Aborto. Una promesa electoral, donde la defensa del derecho a la vida ocupaba un espacio sustantivo y que conllevó además el respaldo mayoritario de los votos de los españoles. Una reforma, por tanto esperada y que viene a recuperar el necesario equilibrio legal en esta materia que fue vapuleado por los socialistas españoles mediante una Ley que provocaba escándalo y aspectos inaceptables a los ojos de la sociedad. De la comparativa de asemejar "abortar con ponerse tetas" que la ex-ministra socialista Bibiana Aído pronunció sin ningún tipo de rubor entre otras vulgaridades, gracias al Partido Popular volvemos a un sistema acorde a nuestra Constitución y que es bueno para la sociedad, porque nace del principio de defender al más indefenso que es, en estos casos, el no nacido. Aspectos como el supuesto del aborto en caso de violación dentro de las 12 primeras semanas y previa denuncia policial, o el supuesto de abortar en caso de riesgo físico o psíquico para la madre fijado con un máximo en 22 semanas, vienen entre otras medidas a recuperar la cultura de la vida que España había ido perdiendo a lo largo de los últimos años y que a la larga producía una lenta pero agónica senda de pérdida de valores tan necesarios en cualquier sociedad que pretende crecer y evolucionar. Una pérdida de valores amparada por una izquierda española a la que se le suele llenar la boca con políticas sociales pero que olvida que no hay mejor política social que la de dejar nacer a las personas. Pretender vender como un derecho social el eliminar una vida humana, no es sino una involución que debería avergonzarnos. Una sociedad que no vela por la vida, es una sociedad abocada al fracaso extremo. Me vienen a la mente unas palabras del ex-presidente norteamericano, Ronald Reagan, que con gran acierto dijo una vez, que "el aborto es defendido únicamente por personas que han nacido". Realmente da para reflexionar, ¿no creen?