Pese a que se trata de un núcleo despoblado, colaboradores de la fundación que lleva el nombre de la localidad se encargarán de llevar a cabo esta tarea. El pueblo aparece en el Cantar en un episodio donde el arcángel san Gabriel se le apareció a Rodrigo Díaz de Vivar.
Según el último censo de población del Instituto Nacional de Estadística (INE) Navapalos no tiene ningún vecino. Sin embargo, recientemente se ha incorporado a la red de sellado del salvoconducto del Camino del Cid. Si actualmente no cuenta con ningún habitante, desde el consorcio que rige este itinerario han articulado los mecanismos por los que se podrá estampar el cuño en el documento cidiano. Hace prácticamente 20 años, la ONG Inter-acción puso en marcha el Centro Navapalos, con el objetivo de rehabilitar el pueblo empleando técnicas y materiales antiguos (adobe y tapial) y utilizando energías renovables y limpias.
Debido a la ausencia de subvenciones, desde Inter- acción tuvieron que detener el proyecto de rehabilitación centrándose su actividad en cursos teóricos y prácticos que imparten en los meses de julio y agosto. Con todo, en el último trimestre del año, cuatro colaboradores de la Fundación Navapalos y de la ONG Inter-acción se instalaron en la localidad para planificar una nueva etapa del proyecto. Ahora, serán esas personas quienes sellen el salvoconducto del Camino del Cid a aquellos viajeros que recalen en Navapalos, concretamente, en una caseta de madera que se ubica en el centro de la población, que pertenece al Burgo de Osma.
Según el Cantar, los hombres del Cid cruzaron el Duero por Navapalos, motivo que ha inspirado el sello de la localidad, diseñado como el resto de la colección por Julián de Velasco. Cuenta este poema que, estando Rodrigo Díaz de Vivar durmiendo en un paraje cercano a Navapalos, se le apareció el arcángel san Gabriel, quien le auguró buena suerte en sus empresas. Fuera o no fuera así, Navapalos es una visita interesante ya que, junto a los trabajos realizados por la fundación del mismo nombre, posee una atalaya islámica de planta circular cuya finalidad no era defensiva sino únicamente de vigilancia.