El Ejecutivo regional considera como "prioritaria" la conservación de los 11.500 de calzadas de titularidad autonómica. Un euro no invertido ahora en reparaciones supone multiplicarlo por cinco dentro de cinco años
La Consejería de Fomento y Medio Ambiente destinará en 2014, un total de 56,2 millones de euros a inversión en conservación del patrimonio viario de Castilla y León. Desde el Ejecutivo regional han incidido en que la conservación del patrimonio viario evita riesgos de sufrir accidentes, reduce el tiempo de recorrido, disminuye el gasto de combustible de los usuarios, aminora el deterioro del vehículo hasta en un 25%, y reduce las emisiones nocivas en un 34% de gases efecto invernadero.
Así, consideran prioritaria la conservación y mantenimiento de los cerca de 11.500 kilómetros de red autonómica de nuestra Comunidad. La Consejería ha realizado un importante esfuerzo inversor en los últimos años en la modernización del patrimonio viario de la Comunidad. La conservación de carreteras siempre ha concentrado un importante volumen de inversión, no comparable con los recursos destinados a la modernización de años pasados pero sí importante en términos absolutos para garantizar las condiciones de circulación y seguridad. El importante esfuerzo de modernización realizado en los últimos años requiere destinar los recursos económicos a la conservación de la red evitando que se devalúe la inversión realizada en modernización y su valor. La conservación es una de las inversiones más importantes y rentables pues alarga la vida útil de las infraestructuras, porque el volumen de recursos que requiere es muy inferior al que habría que destinar para reconstruir de nuevo una vía al no conservarse y porque garantiza la seguridad vial y la circulación.
De este modo, han calculado que por cada euro que no se invierta hoy en conservación, habría que multiplicar por cinco la inversión en reparaciones dentro de cinco años y por 25 en las reconstrucciones de dentro de diez años. En definitiva, si no se invierte en conservación, el deterioro y los costes de mantenimiento crecen exponencialmente con el paso de los años. En definitiva, lo que no se ha conservado en cinco años en carreteras se deteriora por completo y supone un coste en recursos públicos muy importantes.