La asociación de directores y gerentes de servicios sociales no sólo ratifica la nota, sino que mantiene la distancia con el resto de autonomías.
La Asociación Estatal de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales coloca de nuevo a Castilla y León a la cabeza en la aplicación de la Ley de Dependencia. No solo certifica su 'sobresaliente' a nivel nacional, sino que mantiene su distancia con el resto de autonomías. El XII Dictamen del Observatorio Estatal de la Dependencia puntúa a Castilla y León con un 9,6, la misma nota que obtuvo en el pasado informe. Este resultado acredita el modelo de atención profesional que está implantando la Comunidad como un aval para ofrecer una atención de calidad, garantizar el empleo en los Servicios Sociales y la viabilidad del sistema.
Castilla y León conserva el liderazgo en la aplicación de la Ley de la Dependencia. La Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales ha vuelto a avalar la eficacia con que Castilla y León está desarrollando la Ley y atendiendo a las personas dependientes. No solo es la única Comunidad que obtiene un sobresaliente ?un 9,6 sobre 10-, sino que, además, mantiene la distancia en relación al resto de autonomías. Esta puntuación la sitúa 1,3 puntos por delante de la siguiente Comunidad mejor valorada y 5 puntos por encima de la media de España (4,7).
Estos datos certifican que Castilla y León está adoptando medidas y criterios que le han permitido mantener su posición de liderazgo en los doce dictámenes que han elaborado este grupo de expertos. El Observatorio Nacional de la Dependencia avala, de esta forma, el modelo de atención profesional por el que apuesta Castilla y León y respalda las decisiones que ha adoptado el Gobierno autonómico para poder continuar atendiendo a las personas que más lo necesitan. Y es que concede a la Comunidad la máxima puntuación (un punto) en once de los doce ítems analizados y un 0,5 en el otro. En definitiva, consigue once puntos y medio de los doce posibles.
Según el informe del Observatorio, Castilla y León es la segunda Comunidad con más personas recibiendo prestaciones en relación a su población y la autonomía con menor número de personas dependientes que están esperando para recibir la prestación. De hecho, en Castilla y León esperaba para recibir una prestación solo el 1,66 % de las personas con derecho, cuatro veces menos que la siguiente comunidad autónoma, y 18,5 puntos menos que la media de España que se sitúa en el 20,2 %. Además, no solo esperan menos personas, sino que lo hacen durante un menor tiempo.
La Comunidad obtiene la máxima puntuación en relación a las solicitudes sobre población, en dictámenes, en gasto público por habitante, o en el grado de integración de la Dependencia en los Servicios Sociales. El Observatorio destaca que la Comunidad es la única que realiza un seguimiento sistematizado de cada caso y de las pocas autonomías que dispone de un sistema de información en tiempo real y cuenta con mejores prácticas en la gestión del sistema de dependencia. Junto a esto, recibe la máxima puntuación en equilibrio entre prestaciones y servicios.
En el único de los ítems donde no logra la máxima puntuación es en el del incremento de nuevos expedientes con grado III, donde alcanza 0,5 puntos, como consecuencia fundamentalmente de la aplicación del nuevo baremo nacional.
La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos, explica que Castilla y León ha alcanzado ya la plena atención por lo que es "lógico" que se estabilice el ritmo de personas atendidas en la Comunidad. "El incremento de personas atendidas se va reduciendo porque Castilla y León prácticamente ha cubierto las previsiones que se manejaban en 2015", apunta. Y es que, según las previsiones del Libro Blanco de la Dependencia, Castilla y León atendería en 2015 a un total de 55.000 dependientes de grado II y grado III, cuando la realidad es que a finales del año 2013 ya atendía a ese número de personas. Incluyendo a los de grado I, ya está atendiendo a 62.000 personas en situación de dependencia con 78.000 prestaciones.