En la última noche de Carnaval el rito tradicional de dar muerte a La Barrosa se cumplió. Cientos de personas estuvieron presentas en el rito ancestral.
La Barrosa recorrió las calles de Abejar y, con la noche cerrada, murió para así cumplir con el rito de la localidad soriana. Gonzalo y Héctor, barroseros en este 2014, vivieron momentos de gran emoción, si bien no son primerizos, puesto que debido a la falta de quintos, actúan como segunda vez en la tradición de Abejar.
La muerte de La Barrosa, fue magistralmente explicada por Antonio Ruiz Vega en su libro 'La Soria Mágica. Fiestas y Tradiciones Populares" donde enuncia "Cuando la noche cae La Barrosa comete sus últimas tropelías y entonces se finge darle muerte con unos disparos de fogueo. su cadáver se dispone sobre un tapial, que no es sino el lateral del tablamento de un carro, y se la pasea compugnidamente por las calles. Antaño, una vez muerta La Barrosa y colocada sobre el izado tapial, se vaciaba sobre su pellejo un torrente de vino, mientras los chavales, agazapados debajo, se empapaban con el chaparrón y bebían lo que podían. Lamentos de generaciones de madres, maldiciendo el rito a causa de las "coladas" del día siguiente han acabado con tales despilfarros. Pero en cambio, se sigue celebrando una comida ritual, solo para hombres que, aunque quizá haya perdido parte de su sentido primero, todavía guarda interés".
Por primera vez, unas cámaras, en este caso las de M-Audiovisuales, pudieron acceder al interior del salón, una vez muerta La Barrosa, donde los vecinos felicitaron a los barroseros.