La Federación de Caza de Castilla y León muestra su satisfacción por la aprobación de la nueva Ley de Tráfico, que libera a los cotos de caza de la responsabilidad de los accidentes por el atropello de animales silvestres.
Ahora, la responsabilidad de estos accidentes recae en el conductor, y no en el Coto de Caza, como ocurría hasta ahora. En este sentido, los cazadores de Castilla y León recuerdan que "hemos sido pioneros (por ser, entre otras cosas, la región de más alta siniestralidad) en las distintas modificaciones legislativas, que se han venido sucediendo en los últimos veinte años, tanto a nivel regional como nacional", en este tema de los accidentes por animales silvestres.
La Junta de Castilla y León ha realizado distintas modificaciones normativas para tratar de solucionar este problema en el ámbito de sus competencias, todas promovidas desde la Federación de Caza de Castilla y León, y no siendo suficientes, "nuestro presidente lideró en su día, desde la RFEC, esta responsabilidad con negociaciones y propuestas a los distintos ministerios competentes, partidos y representantes políticos, y por fin, en esta última etapa como miembro de la Oficina Nacional de la Caza, desde la que se han realizado las últimas gestiones para alcanzar este gran éxito para los cazadores españoles", según la Federación.
El nuevo texto legal determina que el titular del coto sólo será responsable de estos accidentes de tráfico cuando sean consecuencia directa de una acción de caza colectiva de una especie de caza mayor llevada a cabo el mismo día o que haya concluido doce horas antes del siniestro.
La Federación de Caza explica que en todos los países europeos la responsabilidad de este tipo ya está legislada de forma similar a como aprobó el Congreso de los Diputados. "No era de recibo que, con carácter general, los titulares de los cotos debieran asumir todos los costes derivados de los accidentes con especies cinegéticas, cuando solo realizan un aprovechamiento limitado, el que les permite la Ley, y no tienen capacidad para controlarlas y, además, lo que es más importante, los animales no son suyos, sino de todos los ciudadanos", añade.