La campa de la ermita en Olmacedo volverá a acoger a miles de devotos en el prólogo de las jornadas antes de que la imagen de la patrona sea llevada al templo parroquial.
Ólvega arranca este sábado 24 sus fiestas en honor a la Virgen de Olmacedo con el esperado Día del Chorizo, una tradición de más de medio siglo y en la que lugareños y visitantes se reúnen para merendar este embutido en la campa anexa a la ermita donde permanece la imagen.
Así, a las seis de la tarde se iniciará el reparto de bocadillos para los presentes y las puertas de la ermita serán abiertas para que los devotos puedan ofrecer sus plegarias a la Virgen, cuya imagen será bajada en romería al día siguiente desde el lugar donde permanece todo el año hasta el templo parroquial de Nuestra Señora La Mayor, ya en el propio casco urbano.
La comitiva partirá el domingo tras la misa de las diez de la mañana, también en la iglesia principal de la localidad. Paseando por el 'camino verde' que lleva hasta la ermita, ubicada a los pies de la sierra, en las inmediaciones de la carretera C-101, los fieles llegarán a lugar para después bajar la imagen hasta Ólvega, donde permanecerá durante los nueve días de novena, como manda la tradición.
Será ya el fin de semana siguiente donde las verbenas darán mayor cuerpo a las fiestas, que se cerrarán el martes día 3 de junio, toda vez que el domingo 1 se hayan celebrado las primeras comuniones de los niños. Estos también tendrán protagonismo en el último día de estas jornadas, ya que portarán tras la talla de la Señora de Olmacedo, al popular 'Niño curro', un Niño Jesús que también tiene sus correspondientes peana y banzos.
Así, en este último día, además de los mayordomos de la Virgen, autoridades locales y todo quien así lo desee, podrán llevar la talla durante un tramo del trayecto de regreso de la imagen a su morada habitual. Antes de hacerse la entrada de la Virgen a la ermita, se celebrará la tradicional subasta de productos y objetos donados por particulares y que será rematada con la puja para los banzos a la hora de introducir a la patrona en su pequeño templo en el monte. La recaudación sirve para el mantenimiento de la ermita así como para el cuidado de la imagen, que junto con el Cristo de la Cruz a Cuestas, -que es honrado en septiembre- es la más querida por los olvegueños.
Como se sabe, el Día del Chorizo fue instaurado a mediados del siglo pasado como un obsequio a los niños que en la víspera de la 'bajada' de la Virgen se encargaban de retirar las piedras del camino para adecentarlo antes de la jornada en la que la Patrona era llevada al pueblo donde permanece durante nueve días. Ahora, la antigua vereda es un camino asfaltado de color verde, muy transitado durante todo el año sobre todo en verano, por la frescura que ofrece y el agradable paisaje que se contempla.