Un año más se ha demostrado que el acto central de las fiestas de Vinuesa es La Pinochada. Los habitantes de Vinuesa volvieron a rememorar la batalla en la que ganaron a la que hoy es su patrona, la Virgen del Pino. El origen de esta festividad se remonta a la Edad Media y, según una teoría extendida y común hace mención a una disputa entre Vinuesa y Covaleda por la posesión de la imagen de la Virgen aparecida sobre un pino, sito en terreno visontino, pero cuyas ramas se adentraban en tierra de Covaleda.
"La Pinochada es junto con el paloteo de San Leonardo, los dos actos más expresivos de la comarca de Pinares", comentaba hoy Víctor, quien es un asiduo de esta fiesta, representada anualmente y que desde el Ayuntamiento intentan que tenga una catalogación de interés turístico nacional.
El acto se ha desarrollado en la plaza Mayor, en torno al pino mayo, erguido el día anterior. Los hombres agrupados en la cofradía de San Roque y separados en casados y solteros, han realizado una danza en la que organizados como una hueste militar, han simulado batallar como hicieron contra los habitantes de Covaleda. Mientras tanto, Casadas y solteras iban tomando posiciones en la plaza. Al poco, se han roto las filas y se han arrojado, pinocho en ristre, sobre los hombres con lo que los "pinochazos" han ido cayendo sobre sus espaldas.
Es tradición que al recibir el castigo, la dama diga al caballero: "¡De hoy en un año!", a lo cual éste responde "¡Gracias!". Así los visontinos agradecen el arrojo de sus mujeres que ganaron para la villa la imagen de Nuestra Señora del Pino.
Los festejos continuarán el domingo 17 con la tradicional becerrada en la plaza de madera ubicada en El Regajo, y culminarán el lunes 18 con la caldereta.