El saludo del alcalde

El año pasado por estas mismas fechas, escribí un artículo a raíz del dedazo utilizado para adjudicar el boletín municipal "Plaza Mayor" por parte del alcalde socialista soriano. "Este año el boletín viene más caliente que nunca", dije.

Pues bien, este año de nuevo escribo sobre el susodicho boletín, que cada año se convierte más y más, en la herramienta para que la corporación de turno aproveche para lanzar lo que no son sino soflamas políticas inadecuadas para tal plataforma informativa.

No seré yo quien critique que la corporación del momento utilice estos medios para hablar de lo que hacen o dejan de hacer ? al fin y al cabo se lleva haciendo siempre ? pero sí creo que hay determinadas líneas rojas que no deben de traspasarse. Una línea, en lo relativo a su adjudicación y a la transparencia que debería de imperar habiendo de por medio, como hay, ingresos por publicidad. Es más, precisamente por ello, y en aras al sentido y bien común, se debería de dar oportunidad a todos y cada uno de nuestros empresarios del mundo de la publicidad e impresión gráfica. Lo contrario es arbitrario aunque aquí ya se sabe, a algunos se les llena mucho la boca hablando de los empresarios, pero parece que sólo del gremio de la construcción y en determinadas macro obras. La otra línea que a mi juicio debería de ser inquebrantable ? y no menos importante ? el tener cierto tacto a la hora de redactar los textos.

Y digo que es necesario mirar qué se pone y cómo en estos boletines municipales, porque basta con leer el saludo del alcalde de este año a nosotros, esto es, los vecinos de Soria, para darse cuenta de que a algunos les pierde la oportunidad de hacer política pura y dura en un contexto desapropiado.

El alcalde soriano habla en su saludo del "continuo abandono de otras administraciones con Soria". Y se queda tan pancho. Una crítica que hace al resto de administraciones olvidando que él gobierna ? de esas formas eso sí ? a una de ellas; pero no es solo eso, es que este señor olvida ahora que él también era secretario general de un partido que en su día gobernó a otras administraciones que con Soria no tuvieron que se diga muchos miramientos.

A Carlos le encanta ponerse el traje de alcalde cercano cuando llegan las fiestas; le da igual que sean las de San Juan o las de nuestro Patrón, San Saturio. Y una vez con el traje puesto, a despotricar de otros, porque la cosa no va con él, y él en cambio, todo lo hace bien.

¿Pero cómo habla este señor de incumplimientos o abandonos cuando tras casi ocho años de Gobierno Socialista en España, Soria no avanzó ni lo más mínimo en las grandes infraestructuras que sólo de la mano del Partido Popular comienzan a ver la luz?, ¿por qué no aprovechar parte de su saludo para explicar la millonaria deuda en la administración llamada Ayuntamiento de Soria que día tras día se engorda en el bolsillo de los sorianos y de las futuras generaciones?; ¿por qué hablar tanto del mega parking de Mariano Granados con el que sólo ganan unos pocos y no explicar por qué hay calles y barrios hechos una verdadera mierda?

Lo he dicho en varias ocasiones, y llegando las témporas de San Saturio anacoreta lo vuelvo a decir: se han cargado la esencia que Soria tenía antaño a golpe de hormigón; y ahora, para tratar de contentar a los nostálgicos o hacer propósitos de enmienda, va el bueno de Carlos y nos saca a relucir, en el boletín, la fuente que antiguamente ocupara la Plaza Mayor. ¡¡Pero hombre, si ahora no pega ni con cola entre tanto cemento y acero!! Menudo guiño, si, si.

En fin, ante todo felices fiestas de San Saturio, que por suerte haga frió o calor, hay cosas que no cambian ni con litros de hormigón.