La depuradora de la capital, la autovía del Duero o la famosa tapa del Espolón, han compartido protagonismo con nuestro San Saturio patrón de Soria, llegando incluso a eclipsarlo por completo.
Estas fiestas patronales de San Saturio, que ya han tocado a su fin, se han desarrollado fruto de la casualidad alrededor de un intenso maremágnun político.
La depuradora de la capital, la autovía del Duero o la famosa tapa del Espolón, han compartido protagonismo con nuestro San Saturio patrón de Soria, llegando incluso a eclipsarlo por completo.
Por un lado, conocíamos hace escasos días ? y vísperas de estas extinguidas fiestas ? el compromiso del Gobierno del Partido Popular con la demandada autovía del Duero. Un compromiso materializado en consignación presupuestaria por parte de la portadora de la cartera de Fomento, Ana Pastor, que aunque parece ser no ha contentado a algunos, sí es para otros muchos, compromiso claro, firme y estable, de verdadera voluntad política para un proyecto necesario.
También ha compartido novenas, cabezudos y conciertos dentro de ese maremángum del que hablaba antes, la esperada depuradora. Un proyecto necesario y que parece ser se le ha atragantado al ayuntamiento socialista de Soria y por añadidura a su regidor, sin saber muy bien por qué exactamente. Una obra vital y necesaria, por el que el Partido Popular de Soria lleva trabajando mucho tiempo y que ahora está en el tejado de un Ayuntamiento que parece estar más pendiente de otras obras de la ciudad.
Y como colofón entre procesiones y parques infantiles, se coló cómo no, la famosa tapa del Espolón. Una tapa con una inversión adosada, pero de la que los socialistas nunca nos contaron la verdad. Un dinero que se prometió como el que dice, firmando un papel sobre el capó de un coche bajo la lluvia y de aquellas formas, y que pone muy nerviosos a algunos porque se les ha visto el plumero.
Habrá quien piense que estas fiestas han sido tranquilas, desde luego en lo político, les aseguro que no.