Antes de la clausura por parte del presidente del Gobierno el domingo, en la Convención se habló y mucho de lo hecho y de lo que queda por hacer.
Este fin de semana, la gran familia del Partido Popular de España celebraba en Madrid ? celebrábamos ? la Convención Nacional. Una convención, que bajo el título "juntos por un gran país", lanzaba un mensaje claro y esperanzador hacia una sociedad que no está para experimentos de ningún tipo.
Un mensaje, basado en la esperanza de que lo bueno está por llegar aunque sin dejar de lado la innegable circunstancia de que la situación ? aunque aún delicada para muchos ? es mejor que hace tres años. Un mensaje, en definitiva, que pone encima de la mesa la afirmación y la convicción de que el vehículo elegido por el Gobierno de Mariano Rajoy fue el adecuado y necesario a pesar de las curvas, pendientes y mal estado en el que los socialistas dejaron la calzada.
Comenzaba la Convención popular con el discurso del expresidente José María Aznar. Un Aznar en estado puro diría yo, y un Aznar que a todos nos recordó que de nuevo España puede volver a la senda que nunca debió haber abandonado como ocurrió en el año 96.
Antes de la clausura por parte del presidente del Gobierno el domingo, en la Convención se habló y mucho de lo hecho y de lo que queda por hacer.
Castilla y León estuvo ? y muy presente ? durante todo el fin de semana. Pero especialmente lo estuvo el sábado, cuando el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, tomó la palabra para hablar de una comunidad que como muchos saben, ha sabido hacer más con menos y ser por tanto, una de las comunidades mejor valoradas en temas capitales como educación, sanidad y servicios sociales. Una valoración, que no es fruto de la casualidad, sino de una forma de hacer política que solo las siglas de nuestro partido pueden ofrecer.
Decía que clausuraba el domingo la Convención popular el presidente Rajoy. Una clausura, donde como se esperaba se habló de lo que se debía de hablar. Una clausura, donde se volvió a manifestar el trabajo realizado durante tres días y en donde los ciudadanos han sido la piedra angular. Una Convención, donde sin querer ser repetitivo, la esperanza en el futuro ha tenido un valor vital, porque es en ella, donde viene grabado que lo bueno aún está por llegar.