La hoguera en torno a la ermita congrega a cientos de personas en una cita que se cumple obligada cada año en estas fechas.
Los aledaños de la ermita de la Virgen de los Desamparados, en pleno Barrio Moro de Ágreda, han vuelto a iluminar y calentar a centenares de vecinos que han dado cumplida cuenta de la tradición, en uno de los rincones más entrañables y bellos de la Villa de las Tres Culturas.
Una celebración que cada año se mantiene y se acrecienta con la hospitalidad de los vecinos, volcados, en esta conmemoración, precisamente junto a otra de las puertas moricas, la llamada como del 'Agua', a escasos metros del casi milenario torreón de La Muela, rehabilitado como centro cultural.