La jornada sirve de víspera a la Bajada de la Virgen de Olmacedo al templo parroquial donde permanecerá durante una novena.
Este sábado la localidad de Ólvega vive el prólogo a las fiestas de su patrona, la Virgen de Olmacedo. El Día del Chorizo, una tradición que se remonta a mediados del siglo paso, servía para obsequiar a los niños que retiraban las piedras del camino para el paso de la imagen mariana en la víspera de su traída al templo parroquial de Santa María La Mayor.
Con el paso del tiempo, y el adecentamiento del camino ahora convertido en paseo, la costumbre es ya extensiva a toda población que se reúne por millares en la campa de Olmacedo, a los pies del Madero, lugar donde se halla que alberga la talla de la Patrona todo el año. En la actualidad, esta fiesta está coordinada por los mayordomos de la Virgen, aquellos que cumplen 50 años de edad, quienes se encargan del reparto del chorizo y un chusco de pan. Un acto que dará comienzo las seis de la tarde tras el volteo de campanas anunciando la merienda.
Al día siguiente domingo, se celebra la misa en la ermita, si bien los fieles suben en procesión a las diez de la mañana desde la iglesia de Santa María la Mayor, ataviados con el traje regional para llevar a cabo una ofrenda flores. Tras la eucaristía, la imagen es llevada a hombros por los feligreses, desde su morada hasta el pueblo, donde pasa nueve días, presencia la primera comunión de los niños y el martes es de nuevo devuelta a su ermita.
Precisamente, es en este último día cuando se celebra la Fiesta de la Virgen de Olmacedo.