PROVINCIA
Actualizado 18/05/2015 12:46:29

Los análisis efectuados por la Confederación Hidrográfica del Duero demuestran la existencia de esta sustancia tóxica en el término municipal de esta población del Moncayo.

Siendo Soria una provincia con una agricultura y ganadería preferentemente extensiva, que no ha producido lindano y que está lejos de los centros industriales donde se fabricó parece extraño que aparezca en medioambiente soriano en concentraciones significativas.

"Por desgracia para nuestra salud, y para la de generaciones venideras, en la provincia de Soria se tenía la presunción técnico-jurídica y la certeza popular de que existían en la localidad de Borobia vertidos ilegales de lindano y de sus residuos tóxicos que salieron igualmente de forma ilegal de la fábrica de Vizcaya", han señalado al respecto en la agrupación ecologista ASDEN. Estas mismas fuentes han desvelado que esta sospecha que se convirtió en certeza cuando la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en diciembre de 2013 realizó unos análisis preliminares específicos para detectar la posible presencia de esta sustancia en varios puntos vinculados a manantiales, surgencias y arroyos de la Sierra del Tablado que dan origen al Río Manubles, en el Municipio de Borobia.

Estos análisis venían motivados por una alegación presenta en diciembre del año 2012 por ASDEN-Ecologistas en Acción, que a su vez fue refrendada y recogida en las alegaciones de la agrupación de organizaciones ambientales Cuenca azul al Plan Hidrológico 2009-2015.

En el colectivo han detallado que estos análisis han sido llevados a cabo por la CHE en cinco lugares. Los resultados son que en cuatro de ellos los valores han sido por debajo 0,015 microgramos por litro, que es la concentración mínima de cuantificación analítica en laboratorio. Es decir, por debajo de esa concentración la técnica aplicada no lo detecta (lo cual no quiere decir que efectivamente no esté presente). Pero en un quinto lugar, en la mina Gandalia, el resultado del análisis ha sido de 0,025 microgramos por litro. Valores que están por debajo de la concentración (0,10 microgramos por litro) que establece la norma de calidad establecida por la Directiva 2006/118/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a la protección de las aguas subterráneas contra la contaminación y el deterioro, y teóricamente no supone ningún problema ambiental y el Real Decreto 60/2011, de 21 de enero, sobre las normas de calidad ambiental en el ámbito de la política de aguas.

Ahora bien, estos análisis se han realizado una sola vez y de forma puntual, por lo que un estudio más exhaustivo, dirigido y continuo puede ofrecer otros resultados, y por lo tanto los análisis de diciembre de 2013 hay que tomarlos con cautela. De todas formas, la concentración detectada en la mina Gandalia demuestra que efectivamente en la Mina Gandalia de Borobia hubo vertidos y hay acúmulo ?-hexaclorociclohexano (lindano en términos populares).

El isómero (?-HCH) detectado en los análisis es bioacumulativo y es persistente en la naturaleza (no es biodegradable), y es poco soluble en el agua. Es decir que a pesar de que el análisis (sólo ha habido uno) realizado del agua de la mina Gandalia ofrece concentraciones bajas, puede que haya varias decenas de toneladas de ?-HCH sumergido cuya presencia disuelta puede variar a los largo de año, en función de la condiciones ambientales y de su relación con los acuíferos con los que está en contacto.

El lindano (o lindane) en sentido estricto es el isómero gamma del hexaclorociclohexano (?-HCH). Los HCH (lindano, en sentido coloquial) son unos compuestos órgano-clorados que se absorben bien por todas las vías de contacto: digestiva, cutánea y respiratoria. Los isómeros más abundantes en el medioambiente son el ?-HCH, y el ?-HCH que son tóxicos y sin actividad insecticida, y ello es debido a que son residuos indeseables de la obtención del producto comercial, con una relación de una parte de producto comercial de lindano / nueve partes de residuos tóxicos.

Por intoxicación aguda los HCH son neurotóxicos; y a pequeñas dosis y a largo plazo el lindano causa problemas hepáticos, renales, hormonales, ginecológicos, anemias y trastornos del sistema nervioso. Está reconocido que el lindano tiene efectos carcinogénicos en ratones, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda tratar el lindano y sus isómeros como si fuesen cancerígenos. También hay indicaciones de que pueden ser un disruptores endocrinos (sustancias sintéticas con capacidad de interferir en el funcionamiento normal de las hormonas estrogénicas)

El lindano se utilizó como insecticida en agricultura y para el tratamiento de piojos y sarna en humanos y contra parásitos en ganadería. Por sus efectos secundarios, la toxicidad de sus residuos y lo peligroso del proceso de obtención está prohibidos su fabricación y comercialización en la Unión Europea. Como insecticida está prohibido desde el año 1991.

Según los ecologistas, en España existen graves problemas por contaminación en los centros industriales productores como son Vizcaya y Sabiñánigo (Huesca) donde la laxitud normativa y la inoperancia administrativa permitieron la producción incontrolada y su vertido; creando una herencia maldita para la salud ambiental y humana, y por supuesto de gestión pública y de gasto de dinero público.

Sobre los vertidos hay que recordar, según las fuentes periodísticas, se produjeron en el año 1988 entre los días 10 y 11 de mayo, es decir precisamente ahora 27 años, en Borobia aparecieron unos camiones de la empresa Bombín procedentes de Vizcaya y con carga de la empresa Bilbao Chemical que esparcían en su trayecto un polvo blanco y que vertieron en varios puntos del pueblo, uno de ellos la mina Gandalia, que nunca fueron descontaminados ni su vertido reconocido oficialmente, aunque según declaraciones en el año 2010 del entonces alcalde Miguel Modrego estos residuos fueron retirados, tal y como reseñaban en Heraldo de Soria el 3 de noviembre de 2010.

Según declaraciones de habitantes de Borobia, los vertidos fueron enterrados y esparcidos en varios puntos e incluso se introdujeron dentro de la mina Gandalia, que por entonces no estaba inundada. También reseñan que hubo vecinos que estuvieron trabajando en el vertido que sufrieron mareos durante el mismo. Fueron los propios vecinos los que dieron la alarma y tomaron medidas activas para impedir que el vertido continuara y obligaron a la retirada de los mismos, o al menos de los que tenían constancia o eran visibles. E incluso que fueron los vecinos a través de un médico de profesión y residente en la localidad, los que realizaron los análisis para demostrar que era lindano. Paradójicamente ningún agente social ni autoridad (salvo ASDEN, la Plataforma en Defensa del Agua y del Suelo, algún periodista y unos pocos vecinos) durante estos 27 años han mostrado interés, ni acción, ni han adoptado decisiones por investigar o denunciar la presencia de lindano.

Por último, en ASDEN han querido felicitar a la Confederación Hidrográfica del Ebro por haberse interesado, "aunque con 27 años de retraso, por las fundadas sospechas que les trasladamos sobre la existencia de vertidos ilegales de lindano en 1988 en la mina abandonada Gandalia y en otros puntos del municipio de Borobia".

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