Se presenta ante el Juzgado de Almazán en calidad de perjudicada tras el fusilamiento de su padre en la Guerra Civil Española.
Este miércoles 1 de julio de 2015, a las 9.30 horas, se toma declaración en el Juzgado de Instrucción nº 1 de Almazán a la primera de las descendientes de los asesinados en Barcones, pedanía de Berlanga de Duero, el 14 de agosto de 1936.
Las otras dos declarantes tendrán que hacerlo por videoconferencia o en otra fecha, ya que no han podido acercarse a Almazán por motivos personales.
La declaración constituye un precedente, ya que la hija del sanestebeño asesinado lo hará en calidad de perjudicada dentro de la causa que investiga el asesinato de su padre y de 9 civiles vecinos de San Esteban de Gormaz y Soria en aquella fatídica mañana de la Guerra Civil Española.
Recorrido
La causa de investigación de los diez civiles asesinados en Barcones la mañana del 14 de agosto de 1936 comenzó con la denuncia interpuesta por la Asociación Recuerdo y Dignidad el 12 de julio de 2013. Una semana después, comenzaban los trabajos de exhumación llevados a cabo por la Fundación Aranzadi, dirigida por el médico especialista en Medicina Legal y Forense, Francisco Etxeberría Gabilondo, y que gracias a los trabajos de investigación de la asociación y al relato de un testigo, dieron con la localización de la fosa que albergaba a seis de ellos, continuando a día de hoy los otros cuatro desaparecidos.
El pasado 1 de noviembre, coincidiendo con la festividad de Todos los Santos, fueron entregados a sus familias los cuerpos de los seis vecinos de San Esteban de Gormaz exhumados en Barcones y que fueron identificados genéticamente.
Soria fue una provincia que en el alzamiento militar de 1936 cedió el poder a los militares sublevados contra el orden republicano. Pese a no ser frente de guerra ni haberse dado conflictos previos, se produjeron más de quinientos asesinatos de civiles.
La causa abierta en Almazán, partido judicial al que pertenece Barcones, investiga los asesinatos de seis vecinos de San Esteban de Gormaz: Juan Ballano Pérez (agricultor de 31 años), Juan Pablo Rica (Concejal de Cultura de 54 años), Bernabé Esteban Benito (jornalero de 37 años), Mariano González Carracedo (telefonista ferroviario de 35 años), Cándido Muyo Arranz (agricultor de 25 años) y Máximo Redondo García (guardabarreras de 37 años) y cuatro vecinos de la capital soriana, todos sindicalistas de la CNT: Arsenio Martínez, Tomás Cué, Antonio Lafuente y Fermín González.
Las personas de la demarcación de El Burgo de Osma, junto a Antonio Lafuente, fueron sacadas de la cárcel de dicha localidad por un grupo de guardias civiles y falangistas y llevadas hacia el sur de la provincia la tarde del 13 de agosto de 1936. En algún punto se unieron a otro camión procedente de la cárcel de Almazán en el que viajaban atados los otros tres cenetistas.
Tras pasar la noche amarrados de dos en dos, fueron fusilados y enterrados en dos fosas cercanas. En la primera, enterraron a los cuatro vecinos de Soria, en la segunda a los de San Esteban. El motivo de la separación pudo ser que los segundos accedieron a confesarse ante dos sacerdotes que les ofrecieron auxilio espiritual, aunque las familias no acaban de creerse esta posibilidad.