La tradición, mantenida por los quintos, se ha convertido en un emblema, tras la merienda en El Regajo.
Ya estaba avanzada la noche de una jornada calurosa como la del lunes 29, y en la plaza de Vinuesa aún se aportó más calor, al prender la tradicional hoguera con sabinas que quintos, jóvenes y vecinos en general se afanaron por saltar en el intermedio de la verbena musical amenenizada por la Orquesta Tucán Brass.
Los tres quintos de este año se vieron acompañados por jóvenes de quintas mayores y menores, que habían ayudado también a colocar los álamos en las puertas de La Casa Consistorial y el ramo de flores a la imagen que preside la entrada de la iglesia de la Virgen del Pino, todo ello por la mañana.
La ceremonía eucarística de este día tuvo lugar en la ermita de San Pedro, inmueble ubicado junto al cementerio de la localidad. Por la tarde, grupos y familias disfrutaron de la merienda en el paraje de El Regajo.