Sonidos capaces de hacerte viajar en el tiempo y en el espacio. La tradición romana de disfrutar y difundir de la música se dio cita el pasado viernes para demostrar que la belleza, sea de una composición, un tapiz o una musa no sufre el paso del tiempo.
La civilización romana es recordada por su refinamiento y el gusto por lo bello que, junto a un espíritu práctico y abierto, enriqueció esta cultura que fue asimilando desde lo sencillo hasta lo más exótico, logrando así una amalgama que dio lugar a obras de gran calidad y belleza, como bien muestra el yacimiento de esta lujosa villa romana.
Evocando las fiestas romanas que se amenizaban con las más variadas músicas e instrumentos traídos de los diversos territorios del imperio, en la Villa romana se dieron cita armonías orientales, con los cuencos tibetanos de Joaquín González; música tradicional con Sochantría; música antigua del Mediterráneo con Breogán Prego; música del Renacimiento con el dúo Renaisancey Javier Campos interpretó Jazz.
Las musas, que estuvieron muy presentes, inspiraron a todos ellos en sus magníficas interpretaciones en la velada y guiaron a los espectadores, acompañándoles en el que fue un viaje para los sentidos a través de músicas de diferentes tiempos y lugares.