Un proyecto de residencias busca conectar el mundo rural con las tendencias más innovadoras, que acoge doce proyectos creativos y científicos.
Llega esta semana a su auge el proyecto de auto-residencias de La Noguera Medinaceli, que experimenta por primera vez una fórmula innovadora de acogida de proyectos creativos y científicos. Durante todo el mes de agosto, el colectivo acoge en las instalaciones de la Alhóndiga, cedidas por el Ayuntamiento de Medinaceli, un total de doce proyectos de diferentes disciplinas como literatura, ecología política, gastronomía, cine, filosofía y performance.
Los participantes presentaron su candidatura en junio y son en su mayoría españoles, pero también hay italianos, colombianos, brasileños e indonesios. El programa les ofrece un ambiente estimulante y la posibilidad de compartir sus trabajos a cambio tan sólo de una contribución a los gastos de manutención, y a la colaboración en las tareas de convivencia.
Al final de su estancia, los participantes dejarán en la web de La Noguera Medinaceli un testimonio de su paso por la residencia, de forma que los resultados y los procesos queden a disposición de quien quiera replicar la experiencia. También han surgido colaboraciones con otros proyectos de la zona, como los Encuentros Artísticos de Urex, donde uno de los residentes ha organizado una lectura colectiva del poema de Gilgamesh, una de las obras literarias más antiguas de la humanidad.
"Tiene mucho sentido traer aquí un texto representativo de una cultura muy vinculada a la tierra, y en la que echa sus raíces la nuestra, transmitido en el mismo material que le ha permitido atravesar milenios", declara Xavier Valls, el impulsor del taller.
"Buscábamos por un lado dar una respuesta a la falta de espacios y de incentivos para la cultura que padecen muchos jóvenes, y por el otro atraer personas creativas e innovadoras, hacerles descubrir nuestros pueblos e intentar crear un vínculo con ellos. Creemos que nuestra zona necesita mucha creatividad, imaginación y compromiso para no caer en el inevitable futuro al que parece destinada", argumenta Lucía Fernández de Soto, una de las promotoras de la iniciativa. "Creemos que para revitalizar nuestros pueblos el impulso al tejido económico tenga que ir de la mano de la recuperación de un fermento cultural autóctono", concluye.