Se trata de la hija de fusilado Juan Ballano, de la localidad ribereña de Atauta.
Este miércoles 19 de agosto se toma declaración en el Juzgado de Instrucción nº 1 de Almazán a la segunda de las descendientes de los 10 civiles asesinados el 14 de agosto de 1936, dentro de la causa abierta por sus asesinatos en la contienda española del pasado siglo.
La toma de declaración se hará, igual que la llevada a cabo el pasado 1 de julio, en calidad de perjudicada por el asesinato de su padre.
La declarante es hija del atauteco Juan Ballano Pérez. Era el mayor de seis hermanos a quienes enseñó a leer y a escribir así como las nociones básicas de cultura de la época. Acudía a clases nocturnas y "enseñaba cuentas" a vecinos del pueblo. También acudía a él el secretario de San Esteban de Gormaz para pedirle ayuda con las cuentas del Ayuntamiento. También se encargaba de buscar trabajo a las cuadrillas que organizaba junto a su familia y otros vecinos de Atauta para picar piedra en la construcción de caminos o realizar trabajos de campo en Guadalajara.
Juan Ballano fue encarcelado el 3 de agosto y sacado por un grupo de guardias civiles y falangistas el 13 del mismo mes por orden del comandante militar de zona. A la mañana siguiente, después de pasar toda la noche esposado, al igual que sus compañeros, fue asesinados en el paraje conocido por Valdevelaza, en Barcones,.
El 12 de julio de 2013, una semana antes de la apertura de la fosa de Barcones que
albergaba los cuerpos de Mariano González Carracedo, Máximo Redondo García, Bernabé Esteban Benito, Cándido Muyo Arranz, Juan Pablo Rica Gutiérrez y Juan Ballano Pérez, la Asociación Recuerdo y Dignidad (ASRD) entregaba en el Juzgado de Almazán la correspondiente denuncia solicitando la participación del juzgado en la exhumación y señalando estos crímenes como susceptibles de ser declarados desapariciones forzadas.
Tras abrir el Juzgado adnamantino las correspondientes diligencias, meses después se declaró el sobreseimiento. La ASRD apeló en noviembre de 2013 y en diciembre, la Audiencia
Provincial lo desestimó. En enero de 2014 fue llevado el caso al Tribunal Constitucional
donde, en diciembre de 2014 también lo desestimaba. El 17 de marzo de 2015 se reabría en el Juzgado de Almazán la causa y el 1 de julio declararía Filomena Ballano, hija de Juan Ballano, ante la juez.
Así, el 19 de julio de 2012 comenzaban los trabajos de exhumación llevados a cabo por la
Fundación Aranzadi, dirigida por el Médico Especialista en Medicina Legal y Forense, Francisco Etxeberría Gabilondo, y que gracias a las labores de investigación de la asociación y al relato de un testigo, dieron con la localización de la fosa que albergaba a seis de ellos, continuando a día de hoy los otros cuatro desaparecidos.
Como se recordará, el pasado 1 de noviembre del año pasado, coincidiendo con la festividad de Todos los Santos, se entregaron a sus familias los cuerpos de los seis vecinos de San Esteban de Gormaz que fueron exhumados en Barcones y tras su identificación genética.
Soria fue una provincia que en el alzamiento militar de 1936 cedió el poder a los militares sublevados contra el orden republicano. Pese a no ser frente de guerra ni haberse dado conflictos previos, se produjeron más de quinientos de asesinatos de civiles.
Las seis personas de la demarcación del Burgo de Osma, junto a Antonio Lafuente, fueron sacadas de la cárcel de dicha localidad por un grupo de guardias civiles y falangistas y llevadas hacia el sur de la provincia la tarde del 13 de agosto de 1936.
En algún punto se unieron a otro camión procedente de la cárcel de Almazán en el que viajaban atados los otros tres miembros de la CNT. Tras pasar la noche amarrados de dos en dos, fueron fusilados y enterrados en dos fosas cercanas. En la primera, enterraron a los cuatro vecinos de Soria, en la segunda a los de San Esteban. El motivo de la separación pudo ser que los segundos accedieron a confesarse ante dos sacerdotes que les ofrecieron auxilio espiritual, aunque las familias no acaban de creerse esta posibilidad.