OPINIóN
Actualizado 22/08/2015 12:30:17

Jamás tuvo una mala palabra con nadie. Jamás dio un escándalo para cobrar un cheque por ir a contarlo a la televisión, y jamás se metió en política como otros, que confunden profesión con otras cosas.

En esta España convulsa y en donde los malos actores en el campo político abundan de norte a sur y de este a oeste de nuestra geografía, nos decía adiós estos días pasados la inigualable e irrepetible Lina Morgan.

Una mujer, diría yo, adelantada siempre a los tiempos en los que le tocó vivir ?y a los que siempre supo adaptarse? y una mujer que ante todo, hizo reír a millones de españoles que transitaban del régimen político existente hacia una España que cambiaba a marchas forzadas.

Será sin duda alguna su facilidad para hacer reír a las generaciones pasadas y a las presentes, su mejor legado para la memoria y la historia cultural del pueblo español. Y es que no podemos negar, que esas películas que algunos ahora ni conocen porque no ven más allá del whatsapp o del twitter, nos continúan haciendo reír una y otra vez.

Esta magnífica actriz 'barría' siempre allá por donde pasara. Sonado es que en sus funciones teatrales, autobuses de toda España llegaban hasta la capital para verla actuar, y en estos tiempos que corren, y en donde las audiencias se miden hoy por la cantidad de españoles que ven desfilar a personajes sin gracia alguna y desnudos por una isla desierta, digno es de mencionar, que algunas de las series televisivas de esta gran mujer, dignificaban eso que llaman share de pantalla con unos índices por encima del 50% de cuota de pantalla.

En los años 90 tuve la oportunidad de que mi madre y mi tía me llevaran a su teatro ?La Latina? a ver la magnífica obra teatral "Celeste no es un color". Recuerdo a pesar de que era pequeño, el lleno total del famoso teatro y cómo al finalizar la función, fuimos a saludarla. El cariño que mostraba y daba a todos los que allí nos acercamos decía mucho del corazón de esa mujer.

Lina Morgan jamás tuvo una mala palabra con nadie. Jamás dio un escándalo para cobrar un cheque por ir a contarlo a la televisión, y jamás se metió en política como otros, que confunden profesión con otras cosas. Se dedicó en cuerpo y alma a lo que sabía hacer. Y es que lo hacía muy bien.

Eso hoy le honra, y la hace como a otros pocos, única en este mundo cada día más banal y frío. Descanse en paz esta gran actriz, y gracias por los buenos ratos.

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