La serpiente multicolor recorre en su decimotercera etapa los términos municipales de Beratón, Cueva de Ágreda, Ólvega y Ágreda con una gran afluencia de público de todas las edades. Jornada fresca en la que no se han registrado incidentes.
Las carreteras del Moncayo soriano acogían este viernes la decimotercera etapa de la Vuelta Ciclista a España en una jornada que pese a que el número no podía agradar a los supersticiosos. El único incidente reseñable fue la caída de uno de los corredores a su paso por la Villa de Ágreda, si bien no fue nada importante.
La gran afluencia de público en el recorrido ha sido las notas dominantes en el paso de la serpiente multicolor que giraba visita a la provincia, recorriendo, por este orden, los municipios de Beratón, Cueva de Ágreda, Ólvega y Ágreda.
Una etapa que tenía en la primera de estas localidades, la más alta sobre el nivel del mar de la provincia (1.400 metros), un puerto de montaña de primera categoría. Allí, numeroso público, local y foráneo, daba la bienvenida a los corredores, como el Club Ciclista Moncayo, cuyos corredores acudían pedaleando hasta la localidad.
El numeroso público se daba cita en Cueva de Ágreda, precisamente en uno de los tramos urbanos más complicados, el existente en la curva del ayuntamiento, al lado del establecimiento La Cantina y frente al Centro de Interpretación del Murciélago.
Más adelante, ya en una calzada más amplia, los ciclistas encaraban el descenso hacia Ólvega, tras coronar el alto de la Carrasca en la C-101. El centro de la llamada Niña del Moncayo ha sido un hervidero de aficionados, quienes han podido contemplar con amplitud la carrera.
Ya en Ágreda, la actual avenida de Soria, antes N-122, el tramo acogía el punto de avituallamiento, por lo que los ciclistas han reducido en parte la velocidad, lo que ha facilitado por parte de los aficionados más avezados la identificación de algunos corredores.
Una jornada en la que niños y no tanto han podido disfrutar de este deporte, aunque solo haya sido durante apenas unos minutos.