El diestro soriano cosecha un notable triunfo en su primer paseíllo en tierras vascas.
El diestro soriano Rubén Sanz pisaba este viernes albero en tierras vascas echando bien el pie adelante y cosechando dos orejas en el festival de Karrantxa. Un triunfo que el matador recogía de la afición vasca, ante la cual siempre había querido torear. Recuerdos de juventud por estos lares han espoleado a Sanz para cortar los dos apédices.
En su primera actuación en las vascongadas, la localidad vizcaína acogía un mano a mano entre el maestro soriano y el matador Iván Abásolo. Un festejo en el que el público pudo disfrutar con el sabor añejo y castellano del torero soriano que ejecutó sendas faenas de corte clásico a dos novillos de la ganadería riojana de Carlos Lumbreras. Dos magníficas estocadas le llevaron a recoger del alguacilillo una oreja de cada morlaco.
Sanz cierra por la puerta grande su ciclo de 2015, madurando y cuajando su toreo y donde se le han visto maneras que delatan que se encuentra más preparado que nunca para iniciar una nueva temporada, a la espera de nuevos contratos los cuales, lamentablemente, no han podido llegar este año para el único matador de toros soriano en activo.