En colaboración con la Federación de Asociaciones de Alcohólicos Rehabilitados está desarrollando un encuentro para abordar el problema del alcohol entre jóvenes y adolescentes con la intención de definir unas pautas de actuación por parte de las asociaciones, crear una red de asesoramiento y participación juvenil y utilizar las experiencias de los jóvenes rehabilitados para ayudar a otros.
La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, en colaboración con la Federación de Asociaciones de Alcohólicos Rehabilitados de Castilla y León, Farcal, ha organizado del 25 al 27 de septiembre en el albergue juvenil de Miranda de Ebro, en Burgos, el primer encuentro de jóvenes de asociaciones de alcohólicos rehabilitados de la Comunidad.
Uno de los objetivos que se ha marcado la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades es sensibilizar a la sociedad en general y a los jóvenes y adolescentes en particular sobre la prevención del alcoholismo y las consecuencias que tiene a nivel personal, familiar y social. En este sentido, la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Alicia García, ya anunció con motivo de su comparecencia de legislatura en las Cortes de Castilla y León que la Consejería iba a incrementar las actuaciones dirigidas a la prevención, asistencia e integración social de las drogodependencias y que se abordarían actuaciones específicas con los jóvenes para prevenir su consumo. Este encuentro forma parte de estas actuaciones y busca tratar el problema del alcohol para definir unas pautas, crear una red de asesoramiento y participación juvenil y utilizar las experiencias de los jóvenes rehabilitados para ayudar a otros. Las jornadas están sirviendo también para potenciar y avanzar en el trabajo conjunto entre la Consejería, a través del Comisionado Regional para la Droga, y Farcal en la mejor atención en las situaciones generadas por el consumo de alcohol.
En este encuentro se ha manifestado la importancia de desarrollar procesos y procedimientos homogéneos en las asociaciones de alcohólicos rehabilitados para mejorar la atención a los jóvenes afectados. La intención es puedan ser utilizados por todas las asociaciones y que pueda facilitarse a cada joven que inicie un tratamiento de rehabilitación por alcoholismo una respuesta específica a sus necesidades.
Los jóvenes atendidos en las asociaciones de alcohólicos rehabilitados presentan unas características particulares distintas a las de la población de mayor edad, algo que en este encuentro se ha valorado como fundamental y a tener en cuenta a la hora de atender sus necesidades, mantenerles en los programas asistenciales y hacer más atractiva la oferta terapéutica de las asociaciones.
Entre las necesidades y características particulares de los jóvenes alcohólicos se ha detectado el desarrollo personal interrumpido en edades tempranas; la ausencia de habilidades, especialmente de comunicación y de relación interpersonal; la carencia de patrones de conducta saludable que se puedan retomar una vez abandonado el consumo de alcohol; dificultades para tener un proyecto personal a nivel familiar, formativo, laboral y de pareja en momentos clave en la biografía de una persona, o ausencia de una ocupación saludable del ocio y tiempo libre en la que no tenga cabida el consumo de alcohol y de otras drogas.
En este sentido, en el encuentro se ha valorado que estas particularidades requieren respuestas específicas y una adaptación de los programas de las asociaciones de alcohólicos rehabilitados, diseñados para personas de mayor edad. Asimismo, en las reuniones preparatorias del seminario también se ha manifestado la necesidad de desarrollar procesos y procedimientos comunes en todas las asociaciones para prestar una mejor atención a los jóvenes alcohólicos.
Los datos más significativos del consumo de bebidas alcohólicas entre jóvenes y adolescentes de Castilla y León indican que un 25,8 % de los encuestados manifiesta que consume bebidas alcohólicas todos los fines de semana; un 49 % ha tomado en los últimos 30 días cinco o más cañas/copas de bebidas alcohólicas en la misma ocasión; un 68,1 % reconoce que se ha emborrachado alguna vez en la vida y un 39,7 % en el último mes. En estos grupos de edad, las cifras entre hombres y mujeres están muy igualadas, incluso en algunos casos son superiores en las mujeres.