Javier Cansado visita el Mercasetas de El Burgo

Según los datos del sistema de permisos de recolección que expide el programa Micocyl, para sus más de 400.000 hectáreas de montes regulados en Castilla y León, muchos son los visitantes del País Vasco, Aragón y Cataluña que repiten año tras año eligiendo Soria como destino micoturístico. Sin embargo, muchos otros siguen aún descubriendo el atractivo de esta provincia relacionándola, a partir de ahora, con las setas y los hongos.
Otros, como es el caso del humorista Javier Cansado, y habitual tertuliano en programas de radio, tienen desde hace tiempo una relación muy estrecha con Soria. En la jornada de hoy, esta mitad del afamado dúo 'Faemino y Cansado' ha visitado Mercasetas en El Burgo de Osma. Preguntado sobre su opinión acerca de este mercado promocional del recurso micológico, el humorista madrileño ha señalado: "Es la primera vez que vengo a Mercasetas, pero sí que conocía de su existencia, porque tengo casa aquí en Soria, muy cerca de El Burgo de Osma, y vengo continuamente de vacaciones, o a descansar durante unos días".
Preguntado acerca del turismo micológico, Javier Cansado apunta que "Soria es una provincia que está aún un poco anclada en el pasado, y todo lo que contribuya a dinamizarla, se agradece. Porque ésta es una provincia que lo tiene todo, es maravillosa: desde el paisaje, la gente, el producto...". Al humorista le parece "magnífico" todo tipo de iniciativas que supongan "mover el ambiente y el turismo".
Sobre si es "setero" de ir al monte, o más de disfrutarlo en el plato, Javier Cansado afirma rotundo: "Sí, de las dos cosas. Hago 'trabajo de campo'. De hecho yo tengo una casa aquí al lado, en Cubilla, y he de reconocer que hoy ando algo 'tocado' porque estuvimos ayer por el monte, cerca de Talveila, a coger setas".
La segunda jornada de Mercasetas de Soria en El Burgo de Osma ha recibido hoy también la visita de turistas que se han encontrado "por sorpresa" con este mercado. Es el caso de un matrimonio de Jaén que, con su caja Mercasetas de boletus recién adquiridos, han reconocido que inicialmente la micología no es lo que les movió a elegir Soria como destino, sino que "pasando el puente en la capital, conociendo la ciudad y los alrededores, veníamos a ver la catedral de El Burgo de Osma y hemos visto el Mercasetas". En cualquier caso, aclaran: "Lo que pasa es que llevamos tres días oyendo, desde que hemos llegado, todas las actividades micológicas que hay en la provincia".
Aseguran que "ha sido toda una revelación, un descubrimiento", y han destacado la actitud dinamizadora del sector hostelero: "Los restaurantes nos están ofreciendo sus propuestas micológicas, y ya hemos probado unas cuantas. Nos encanta el turismo gastronómico". "Nos encantan las setas", añade la mujer, "y la posibilidad de entrar aquí, de ver esta exposición, o de comer setas en algún restaurante, ha sido genial".
Los dos miembros de este matrimonio asienten simultáneamente ante la posibilidad de volver a repetir Soria como un destino otoñal. Además, informados también sobre la posibilidad de conocer Soria no sólo en relación con las setas, sino también con la truficultura, nos muestran de su bolso sus "particulares souvenirs"(como ellos mismos refieren), y que no son otros que los productos trufados que han adquirido, junto con otros procesados y elaborados a base de setas. Han comprado boletus para llevarse a casa "porque por allí no hay en fresco".
Por otro lado, una joven pareja residente en Bilbao, han visitado hoy Mercasetas porque, según indican, han estado "pasando el puente por la zona de Sigüenza", y han parado en El Burgo de Osma "por casualidad, de regreso a casa, para conocer la localidad". Una vez en la villa burgense, se han enterado de la celebración de Mercasetas, y han pasado a visitarlo. Y es que "la ubicación de la octava edición de este mercado junto a la oficina de turismo de la localidad ha sido un gran acierto", señalan desde la organización.
Con su bolsa de Mercasetas en la mano, y dentro una caja de edulis recién comprados, esta pareja de Bilbao reconoce que es su primer contacto con la micología soriana, pese a que conocían de una visita estival el Cañón del Río Lobos.