A nadie con dos dedos de frente se le debería de escapar que todo esto de emprender una cruzada contra el Estado español bajo el pseudónimo de la independencia es una cortina de humo.
Reconozco que lo que pasa en Cataluña me daría risa si no fuera por la seriedad que tienen los acontecimientos que se están produciendo.
Llevamos muchos años escuchando por boca de cuatro sinvergüenzas eso de que España nos roba cuando al final nos vamos a tener que empezar a preguntar si no son esos cuatro camicaces que se autodenominan independentistas catalanes los que tratan de robarnos la soberanía nacional a los demás. Y me estoy refiriendo a esa clase política ? que carece de ella? y que está conduciendo a Cataluña y a los catalanes de bien hacia un abismo de consecuencias peligrosísimas por culpa de unas mentes borrachas de delirios paranoides.
El último espectáculo que roza el esperpento ha venido estos días de la mano de esa noticia por la que hemos sabido que el Gobierno de la Generalidad catalana ?los autosuficientes que dicen ellos- debe la friolera de 330 millones de euros a los farmacéuticos catalanes; un nuevo escándalo que deja en evidencia a los del "España nos roba" y que pone sobre la mesa la realidad de que vía impuestos, todos lo españoles hemos pagado ya desde el año 2012 más de 3.123 millones ?que se dice pronto- para pagar medicamentos en esa comunidad autónoma desde donde luego algunos nos insultan.
Créanme que esto no es sino un suma y sigue de la verdadera gestión que se está produciendo por parte de los miembros del Gobierno catalán, y que aunque en funciones, continúa por la senda de una locura impensable. A nadie con dos dedos de frente se le debería de escapar que todo esto de emprender una cruzada contra el Estado español bajo el pseudónimo de la independencia, no es sino una cortina de humo para tapar, primero la nefasta gestión que el presidente Mas y su tropa han llevado a cabo durante los últimos años, y segundo y no menos importante, para tapar también que quien guió los designios de los catalanes durante décadas no era tan honorable - ni tampoco su familia ? como decían.
Frente a esta situación kafkiana en Cataluña, reconozco que me ha gustado ver algo que es poco común en la actual parrilla política española. El hecho de ver juntos a los líderes catalanes del Partido Popular, Partido Socialista y Ciudadanos entrando en el Tribunal Constitucional para frenar el pulso independentista deja constancia de que es muy necesario, en temas tan importantes como este, aparcar diferencias e ir de la mano por el interés general.
Tiempo habrá de volver a las trincheras para preparar las generales, pero de momento, enhorabuena a esta suma de fuerzas para defender lo más importante y que no es otra cosa que la unidad de España.