Así lo señalan en la agrupación ecologista ASDEN, donde se refieren a los valores obtenidos en la estación medidora de la avenida de Valladolid.
Este pasado martes 1 de diciembre la estación medidora de la calidad del aire dependiente de la Junta de Castilla y León, y situada en la avenida de Valladolid de la capital, alcanzó los 230 ug/m3, a las 17.00 horas, y los 377 ug/m3 a las 18.00, sobrepasando por mucho los recomendado por la Organización Mundial de la Salud y lo regulado por el Real Decreto 102/2011, relativo a la mejora de la calidad del aire.
Este Real Decreto estable 200 mg/m3 como valor límite durante un promedio de una hora; y que en caso de alcanzar tales valores en 18 ocasiones durante un año obligarían al Ayuntamiento y a la Junta de Castilla y León a adoptar medidas y planes para evitar, prevenir o reducir los efectos nocivos para la salud humana, para el medio ambiente en su conjunto y demás bienes de cualquier naturaleza, según han recordado los ecologistas.
En el colectivo han reconocido que el nivel de NO2 medido por esta estación es una cuestión puntual, que se produce en unas condiciones meteorológicas y de tráfico concretas (que se pueden repetir en los siguientes días), y que no incumplimos la norma. Pero ha insistido en que la medida de la estación es correcta y refleja de forma real la contaminación por esta sustancia química en ese punto y en esas condiciones.
ASDEN sospecha que tales niveles de contaminación por NO2 en invierno y en condiciones meteorológicas de anticiclón serán semejantes en las calles con mayor tráfico rodado (toda la avenida Valladolid, calle Tejera y Eduardo Saavedra, etc.) y en sus espacios anexos, y se irán reduciéndo en calles con menor tráfico, siendo tal contaminación muy escasa en lugares con parque de Santa Clara, El Collado, parque de la Dehesa en sus espacios centrales, Valonsadero, etc.).
Comparando los datos de Soria y Valladolid (o de otra gran ciudad con mucho tráfico), ASDEN-Ecologistas en Acción ha llegado a la conclusión de que en otras ciudades de Castilla y León han localizado las estaciones para ocultar que existe contaminación atmosférica, lo cual evita el conocer el problema, el que se conciencie la ciudadanía y por el que se empiecen a adoptar soluciones.