Castilla y León es la quinta autonomía con mayor porcentaje de carreteras con riesgo elevado, con un 16,3 por ciento y 897 kilómetros, con tres tramos entre los veinte más peligrosos de la red viaria del país, entre ellos doce kilómetros de la N-6 entre Guadarrama (Madrid) y San Rafael (Segovia).
Los tramos sorianos más peligrosos siguen siendo un año más el que discurre por el puerto de El Temeroso, en la N-122, y cuya resolución está pendiente de la ejecución del tramo de la autovía del Duero entre Venta Nueva y Santiuste.
La Plataforma Soria Ya reclamó hace un año al Gobierno que destinase todo el dinero de la autovía del Duero, en los presupuestos generales de 2015, para este tramo, pero la petición no fue atendida.
El otro tramo más peligroso en Soria es el de la N-234 entre San Leonardo de Yagüe y Navaleno, donde este año se han vuelto a registrar víctimas mortales. El tramo lleva décadas pendientes de la ejecución de la variante desdoblada.
El tramo más peligroso de las carreteras españolas son los once kilómetros de la carretera N-320, que separa la localidad guadalajareña de Casar de Talamanca y el cruce con la M-103 a Algete, en Madrid-
El estudio analiza la peligrosidad de las vías que tienen un tráfico que supera los 2.000 vehículos diarios y más de 5 kilómetros.
En el caso de Castilla y León son 5.518,8 kilómetros, de los que 897,4 son considerados de riesgo elevado, un 16,3%, sólo superada por el 19% de Galicia y el más de 18% de Cataluña, Asturias y Aragón.