La Unión de Campesinos de Castilla y León considera que la situación que vive el sur de la Comunidad se puede considerar de alarmante ante la falta de lluvia durante más de 43 días y sin previsión de precipitaciones.
La Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), se ha mostrado alarmada por la situación extrema de sequía que está viviendo la zona sur de Castilla y León ante la falta de lluvia en los dos últimos meses. Es tiempo de siembra, y el suelo se encuentra totalmente seco, por lo que dificulta que las sementeras salgan adelante y las que lo hacen salen con baja nascencia.
En la zona norte, según la organización profesional agraria (OPA), se están dando "importantes problemas fitosanitarios", sobre todo en los cultivos de cereal, donde la prohibición de la quema de rastrojos ha contribuido a la proliferación de insecto como el zabro, el gusano de alambre y determinados hongos, que están dificultando la consecución del cultivo nada más terminar la siembra.
El zabro, un pequeño coleóptero que se alimenta de material vegetal de trigo y cebada, se localiza fundamentalmente en las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid. Para combatir a este pequeño insecto, -y siempre citando fuentes de la OPA-, una de las mejores formas es eliminar toda la paja y ricio durante el verano, por lo que la quema de rastrojos sería una de las prácticas idóneas para combatir a este insecto antes de dañar nuestros cultivos.
Por eso, han insistido este jueves en la conveniencia de que la Consejería de Agricultura y la Consejería de Medio Ambiente pongan en marcha la quema controlada de rastrojos. Conscientes del riesgo que las quemas suponen, en la organización agraria consideran que las mismas deben realizarse a partir del 15 o del 20 de septiembre en función de cómo se presente el año.
"En años anteriores, las quemas no han estado permitidas y las consecuencias de ello las estamos sufriendo los agricultores, que nos encontramos cómo nuestros cultivos tienen una elevada presencia de plagas", han señalado, sumando que estos paráisitos contribuyen al encarecimiento de los costes de producción por los tratamientos con fitosanitarios, "y la disminución en parte de los rendimientos y a esto se añade los bajos precios actuales de los cereales", a juicio de esta agrupación.
Ello "dificulta aún más la rentabilidad de la gran mayoría de las explotaciones de Castilla y León que tienen en mayor o menor medida cereales en sus explotaciones además de no contribuir a la protección del medio ambiente, por el uso continuado que se debe realizar de sustancias químicas para el control de las plagas", ha declarado Isidro del Campo, responsable de cultivos herbáceos de Castilla y León.