CASTILLA Y LEóN
Actualizado 21/01/2016 20:04:27

Pedro Mielgo, policía nacional jubilado y que persiguió a Montserrat, su esposa, Manuel Aller, José Luis Rodríguez Arias, Teresa Fernández García, enfermera que asistió a la víctima, dos policías nacionales, uno local y la jefa de la Udev prestaron declaración.

La tercera jornada del juicio por el asesinato de Isabel Carrasco, que se celebra en la Audiencia Provincial de León, ha estado marcada en la mañana de este jueves por las declaraciones de varios testigos. Pedro Mielgo, policía nacional jubilado y que persiguió a Montserrat, su esposa, Manuel Aller, José Luis Rodríguez Arias, Teresa Fernández García, enfermera que asistió a la víctima, dos policías nacionales, uno local y la jefa de la UDEV han sido los primeros en contestar a las preguntas del fiscal y de los abogados de ambas partes (defensa y acusación).

Pedro Mielgo

El policía nacional jubilado que siguió a Montserrat González, autora confesa del crimen de Isabel Carrasco, y que en la tarde de autos (12 de mayo de 2014) paseaba con su esposa por el lugar de los hechos, ha relatdo que cuando se encontraban a mitad de la pasarela vieron que de frente se acercaban dos señoras (apenas unos metros las separaban) y su mujer (quien reconoció a la ex presidenta de la Diputación de León) le dijo que "la rubia esa tiene que ser alguien importante, porque la he visto en la tele" e incluso creyó que la mujer que iba por detrás (Montserrat) era su escolta.

"Tras rebasarlas, sonó un ruido como de un petardo. Nos volvimos y vimos cayendo a la señora rubia hacia adelante, como rígida y cuando estaba en el suelo la otra dio dos pasos, se agachó y se puso a la altura de su cabeza e hizo tres disparos", ha recordado el policía jubilado.

"Se fue por el semáforo donde termina Lucas de Tuy y siguió andando por Colón. No la perdí de vista. Desde que miró para atrás no hizo ninguna parada, iba con la mano metida en el bolso. Muy ligera pero no corría", manifestaba el testigo. Después, transcurridos los minutos en que se le despistó, volvió a verla. "Se quedó sorprendida y me miró fijamente. En ese momento vi un vehículo policial y les hice señas. Entonces ella desapareció y un señor que estaba en una terraza me señaló hacia un vehículo en el que ella estaba sentada en el asiento del conductor. Le dijo a los policías que era ella la autora de los disparos", ha detallado el testigo.

La esposa

La mujer del agente jubilado corroboraba la versión de su marido. "Esa persona ?Montserrat- se colocó el pañuelo entre los dientes, vino hacia nosotros y nos miró. La observamos cómo cruzaba y le dije a mi esposo que yo llamaba al 112 y que él hiciera lo que tuviera que hacer y la siguió", ha explicado.

Manuel Aller y José Luis Rodríguez Arias

El primer testigo ha significado que vio la huida de Montserrat después de disparar y que llegó a la pasarela y se encontró con el cadáver de Carrasco; después vio al policía que había seguido a la autora del crimen. Añadía que Motserrat desapareció de su vista posteriormente.

El segundo testigo ha indicado que escuchó cuatro disparos antes de llegar a la pasarela, aunque pensó que eran petardos. Entonces se cruzó con una mujer, supuestamente Montserrat, que caminaba rápido aunque sin correr y con una mano metida en un bolso. Cuando dirigió su mirada hacia la pasarela vio un cuerpo tendido y después, que volvió a girarse, perdió de vista a la mujer que supuestamente emprendía la huida. También dijo haber visto al policía y a su mujer, "muy nerviosa", hablando con el Servicio de Emergencias 112.

Teresa Fernández García

La enfermera que paseaba con su madre el día de los hechos escuchó los gritos de alerta y se acercó a la víctima. "Estaba tendida boca abajo, con la pupila dilatada y sin pulso y ya no procedía un masaje cardiaco. Estaba muerta", ha puntualizado.

Policías nacionales

Los agentes se acercaron al lugar vieron a una mujer sentada mientras el hombre que les había avisado insistía en que la pistola tenía que estar por ahí. "Yo la veía tranquila, no recuerdo que dijera nada y ella se mostraba sorprendida. La situación le pareció "rocambolesca, alguien dijo que nos estaban grabando y pensé que podía ser una broma", reconocía uno de ellos.

Su compañero de patrulla ha reseñado por su parte que un hombre les abordó cuando se dirigían a la pasarela y les dijo que en un vehículo gris estaba la mujer que había hecho los disparos en la pasarela. Cuando se acercaron y le dijeron que posara las manos sobre el salpicadero, Montserrat soltó un teléfono que llevaba en la mano. "El policía jubilado en el momento en que miramos el coche nos dijo que buscáramos un bolso negro. No aparecía y dijo que se iba a buscarlo porque lo habría tirado por el camino y estaba seguro de que el arma iba dentro".

Jefa de la UDEV

La jefa de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta ha asegurado que la versión de Raquel Gago, tercera implicada y la que avisó de que tenía el arma del crimen, "parecía coherente y que se podía comprobar".

"No estaba del todo conforme con tomarle declaración en calidad de algo en el que no había cosas que había que comprobar, porque había muchas casualidades, por decirlo así", ha matizado. También ha reconocido que sí se tuvo en cuenta que era una agente de la policía local, "que no deja de ser una compañera" a la hora de dejarla libre, pero subrayando que la decisión no se tomó "sólo por eso". De hecho, ha incidido en que de haber conocido en ese momento la llamada que Triana hizo a Raquel después del asesinato, "probablemente no la hubiéramos dejado en libertad".

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