El joven atleta recibía sepultura en su localidad natal, Quintana Redonda, esta tarde en un multitudinario sepelio donde se ha recordado la "ilusión" que transmitía a su alrededor el joven deportista.
Dolor, cariño y pesar han sido las tres palabras que resumirían la difícil e intensa tarde vivida hoy jueves en Quintana Redonda para dar el último adiós a Diego Barranco, el joven atleta soriano que dejaba de existir en la mañana de ayer en el hospital de Soria tras una larga enfermedad.
El templo parroquial se quedaba pequeño para rendir el último homenaje a Diego y para recordar de manera conjunta, la semblanza de juventud y de optimismo que en vida siempre mostró el atleta, ligado también al voleibol, ya que era delegado del Río Duero San José.
En el sepelio, el párroco de la localidad, Alejandro Casado, ha alabado en su homilía el carácter de Diego, destacando sobre todo la "ilusión" que repartía siempre a su alrededor y que se traducía a la vez en su amor por la vida y también en el amor que todo el pueblo sentía hacia él. A ello ha añadido unas sentidas palabras de afecto por tratarse de "un amigo", al igual que lo es su familia.
La corporación municipal, así como miembros ayuntamientos vecinos junto con responsables de la Federación de Atletismo; del CAEP; de las administraciones públicas, amigos, compañeros y cabezas visibles del deporte soriano, entre otros, se han sumado a este último adiós hacia el joven atleta cuya familia se ha visto reconfortada por la gran afluencia que se ha registrado esta tarde en Quinta Redonda.
Descanse en paz.