La lluvia no ha sido un gran impedimento para que este Viernes Santo se haya celebrado en la capital la procesión de las Siete Palabras, organizada por la hermandad denominada como tal, y que este año estaba presidida en la oración por el párroco 'in sólidum' del Salvador Julián Perdiguero.
Aunque con una temperatura no tan fría como en jornadas anteriores de la actual Semana Santa en la capital de la provincia, el aguacero continuo ha hecho que la procesión no haya dejado de tener interés en sus siete estaciones, establecidas en las calles Marqués de Vadillo, Mariano Granados, El Collado, plazas de San Esteban, El Rosel, Mayor y Fuente Cabrejas para concluir, en las pláticas, en la calle Real antes de finalizar, como todos los actos confesionales de estos días, en la concatedral de San Pedro.
El presbítero ha evocado el perdón ante el odio, sin olvidar el dolor que supone en muchas ocasiones la entrega hacia los demás pese a que en este tiempo la comodidad hace olvidar el prójimo más cercano que necesita el amparo de quienes están en disposición de prestar ese apoyo que muchas veces se niega.