Embutidos Caba se suma oficialmente como un productor más a esta denominación oficial, con la que los fabricantes esperan producir 800 toneladas para este ejercicio 2016. Suman ya 7 las empresas adheridas.
Este viernes se ha formalizado en la Cámara de Comercio e Industria la incorporación de una firma agroalimentaria más a la marca de garantía Torrezno de Soria. Con Embutidos Caba, ya son siete las empresas que etiquetan este producto bajo el sello de calidad oficial.
Una integración prevista toda vez que la propia firma cárnica, con sede en Tardesillas ?pedanía de Garray- ya venía trabajando con los otros seis fabricantes en esta asociación, si bien ahora, una vez cumplidos los trámites, ya dispone del etiquetado al efecto. De hecho, el gerente de la empresa, Enrique Ruiz, es secretario de la marca de garantía soriana.
Durante la presentación, el presidente de la Cámara, Alberto Santamaría, ha desvelado que últimamente se han detectado hasta siete vendedores de torreznos que ofrecían este producto con la denominación soriana, aunque no están dentro de la agrupación de productores. Un hecho por el que se han dirigido por carta a estas empresas o responsables de las ventas para apercibirles del "intrusismo" que esto supone, porque ninguno de ellos está registrado dentro de la marca de garantía Torrezno de Soria.
En este sentido, el dirigente cameral ha indicado que se han visto obligados a remitir estas para "velar por la marca", ya que va en detrimento de los productores que sí cumplen con los parámetros para comercializar este alimento. Unos avisos que de momento han surtido efecto, aunque también ha avisado que en el caso en el que esta usurpación de la marca continúe "tendremos que acometer acciones legales" contra este tipo de negocios. Un hecho que por otra parte "no ha hecho daño" todavía a las ventas.
Al hilo se pronunciaba Samuel Moreno, presidente de la marca de garantía, quien ha incidido en que es preciso "luchar contra quien aprovecha nuestra marca", tras el esfuerzo económico que supone para las empresas el mantenimiento de esta denominación y que pasa por un coste de 1.200 euros para lograr el certificado oficial.
Así, Enrique Ruiz ha indicado que este desembolso tiene un carácter genérico, independientemente de la producción que cada firma emita al mercado. "Hay empresas que que en el caso de producir 20.000 kilos al año de panceta el precio del certificado puede resultar caro", ha observado, añadiendo también que la marca de garantía ha hecho por otro lado el mantenimiento y también el aumento del empleo en el sector.
A tal fin, la marca de garantía está en conversaciones con el certificador con el fin de reducir esta cantidad, y de este modo agrupar a las empresas agroalimentarias que producen la panceta destinada a torrezno. En este punto, Egido ha señalado que son tres las firmas sorianas que podrían integrarse y de este modo sumar una mayor producción.
El año pasado, el 'Torrezno de Soria', comercializado con su marca de garantía, llegó a las 655 toneladas, y este año, con la incorporación de Embutidos Caba, además de la mayor demanda que el sector está experimentando, esperan llegar a los 800.000 kilos.
Ahora, la marca de garantía trabaja en la comercialización de producto, para lo que están incidiendo en las redes sociales, un vehículo que ofrece buenos resultados. De igual modo, estarán en el Salón Gourmet de Madrid y próximamente en la feria Alimentaria, bajo el sello de 'Tierra de Sabor' de la Junta de Castilla y León.
La primera etiqueta que se estampó en una panceta para 'Torrezno de Soria' fue en julio de 2013. A partir de entonces, el mercado de este producto ha ido aumentando en demanda y en oferta, comercializándose sobre todo en País Vasco, Aragón y la propia Comunidad castellano-leonesa. Sin embargo, está extendido muy significativamente en toda España, en regiones como Madrid, La Rioja, Navarra, Galicia, Cataluña y Andalucía, entre otras. En Europa, países nórdicos como Suecia y Dinamarca también aprecian el torrezno.
Añadir a ello que la demanda está creciendo, si bien se trata de un producto cuya elaboración requiere un tiempo (que incluye un periodo de maduración), por lo que en muchos casos las peticiones superan al stock con el que cuentan las empresas, una circunstancia que obliga a rehusar en muchos casos el envío de pedidos con el fin de garantizar sus óptimas condiciones de calidad.