G-Fire es una ONG formada por bomberos de Castilla y León que actúa en Grecia ante la continua y masiva llegada refugiados.
La isla de Lesbos se ha convertido en un enclave informativo ya que diariamente llegan a sus costas miles de personas que huyen del terror de Siria. Muchas ONGs se han desplazado a este lugar desde hace unos meses para ofrecer ayuda humanitaria. No solo las grandes organizaciones se encuentran allí sino que otras más pequeñas como es el caso de G-Fire, formada por bomberos de Castilla y León.
Marcos Benito y Óscar Vega son dos bomberos del Ayuntamiento de Valladolid que han participado en estas labores humanitarias. Esta pequeña ONG se encuentra realizando sus funciones en lo que ellos mismos han denominado como "la zona del castillo" que comprende desde la costa de Mitilene hacia el norte.
G-Fire se acercó a la isla en diciembre para conocer de primera mano la situación. A partir de ese momento comenzaron a trabajar y establecieron relevos de grupos de cuatro bomberos cada quince días. Marcos Benito afirma que van a estar allí hasta que se solucione la crisis.
Los miembros de este colectivo se pagan el desplazamiento, los gastos y utilizan sus vacaciones para realizar esta ayuda a los refugiados.
Los bomberos que van allí lo hacen como un voluntario más, utilizando sus propias vacaciones e incluso cambiando los turnos con sus compañeros. Los gastos del viaje para llegar hasta esta zona son pagados por ellos mismos al igual que la manutención durante su estancia. De esta manera no causan ningún gasto a la organización y el dinero donado es usado para ofrecer ayuda humanitaria a estas personas que huyen del horror. Ellos afirman que ayudar a estas personas es una gran experiencia y muchos de estos bomberos ya están repitiendo.
También afirman que una de las cosas que más les sorprende es que estas personas son muy parecidas a nosotros culturalmente porque Siria era un país próspero y estable. Además ven que muchos de ellos llevaban una vida acomodada porque, por ejemplo, usan móviles de última generación como indica Óscar Vega.
Un día en Lesbos
Los bomberos de G-Fire comienzan la jornada a las dos de la mañana y la finalizan a las dos del mediodía, aunque va cambiando a medida que la situación varía. Estos horarios son fijados por cada uno de los turnos. "Una vez que acabamos la jornada realizamos otro tipo de actividades como repartir ropa o comida además de acercarnos a los campamentos para ver las necesidades que hay", afirma Vega.
Cada día en estas costas del Mediterráneo es diferente. Hay días que no llega ninguna barca y otros que pueden llegar veinticinco o treinta. Estos 'viajes' están gestionados por las mafias, tal y como Marcos Benito describe y confirma. En principio todas estas embarcaciones son hinchables y las hay mejores o peores en función del dinero que se pague. En cada una de ellas suelen ir como mínimo cincuenta personas. Además también pagan en función del tiempo que haga. El precio suele ser de alrededor de mil euros en una barca normal, mientras que gente que dispone de más medios económicos paga el pasaje a familiares y amigos, según Óscar Vega.
Las costas de Lesbos reciben a unas mil personas cada día. Estas barcas transportan a unas mil personas diarias y cruzan desde Turquía a Lesbos dirigidas por alguno de los ocupantes al que dan un breve curso para que sepa manejarla.
Tardan en cruzar este estrecho, de menos de diez kilómetros, durante una media de cuatro horas, aunque dependiendo de las condiciones pueden tardar más o menos. Una vez que llegan a la costa, las ONGs se encargan de recibirles y ayudarles a desembarcar. Marcos Benito se queja a este respecto que las organizaciones pequeñas y las personas independientes lo están gestionando de una mejor manera que las grandes. "Hay campamentos no oficiales que tienen mejores condiciones que los campamentos que gestionan las grandes ONGs", afirma.
La asistencia médica en primera línea es esencial, ya que muchos de ellos llegan mojados, con hipotermia, etc. Una vez que son atendidos son dirigidos en autobuses hacia los campamentos. Los que son considerados refugiados buscan seguir su camino a Europa, mientras que hay otros que se tienen que quedar allí, en tierra de nadie, como nos han explicado estos bomberos.
La mayoría de refugiados tiene en mente ir a Alemania pero este país cumplirá el cupo de refugiados al que se comprometió. "Cuando llegue al cupo y cierren las puertas los otros países tendrán que cumplir el cupo firmado, incluido el nuestro", afirma tajantemente Marcos Benito.
Para muchos griegos, esta situación es como una amenaza al turismo potencial, aunque les esté llegando mucho dinero por parte de los refugiados y de los voluntarios que se encuentran allí. Otros lo ven como algo que les ha tocado por cercanía y colaboran ayudando. Los bomberos de G-Fire sienten que Europa está dando la espalda a estos refugiados y por ejemplo en Atenas hay muchos de ellos durmiendo por las calles
A la hora poner un remedio, lo principal y obvio es que se solucione el conflicto en Siria para que los refugiados puedan volver a sus casas. Mientras tanto Europa, acompañado de las ONGs, tienen que ayudar a estas personas. Una de las soluciones que apuntan Marcos y Óscar, para intentar que las personas no mueran ahogadas en el intento de llegar a estas costas de Lesbos, es que lleven en los chalecos salvavidas un teléfono por el que los tripulantes de esa embarcación puedan enviar su localización mediante la herramienta que brinda Google Maps y de esta manera se tendría conocimiento de su trayectoria y ubicación para ir a buscarles y rescatarles.