La 42ª edición de este ciclo rito gastronómico cierra con éxito también en actividades paralelas, como el vermú matancero o las visitas por El Burgo y al Cañón.
Las Jornadas de la Matanza del Virrey Palafox, que en esta su 42 edición fueron inauguradas por el periodista Jesús Cintora y en las que el pregonero de honor fue el popular chef Pepe Rodríguez, han tenido una gran acogida por parte del público. Los asistentes han abarrotado todos los fines de semana los salones del Virrey Palafox para ver la Matanza en directo, dónde observaron cómo se realizaba el rito antiguamente en los distintos pueblos de España, y degustar el exquisito menú de 22 platos relacionados con el mundo del cerdo, en el que los fogones tradicionales y la nueva cocina se mezclan para saciar a los paladares y a los paladares más exigentes.
Este ciclo rito gastronómico ha completado una experiencia única con las diferentes actividades paralelas que se han realizado en la ya popular CerdoExperiencia. Visitas guiadas y teatralizadas por El Burgo de Osma, excursiones al cañón del Río Lobos, o la búsqueda de trufas negras con perros, han sido algunas de las ofertas paralelas que el Virrey Palafox ha preparado durante los fines de semana para convertir a las Jornadas de la Matanza en un evento único y atractivo para los comensales.
Mención aparte ha merecido el vermú matancero. La oferta gastronómica de los domingos ha tenido una gran aceptación tanto por parte del público local de El Burgo de Osma como de los asistentes que se han desplazado para asistir a esta cita. Una nueva manera de disfrutar de los productos de la matanza en un ambiente más distendido y con música en directo, lo que ha sido la gran atracción, por lo que los organizadores ya se plantean dar continuidad a este vermú el año que viene, después de recibir en la Cafetería Doña Remedios a más de 500 personas durante los fines de semana de marzo y abril.
Las Jornadas de la Matanza del 2015-2016 han sido nuevamente una experiencia única para el Virrey Palafox. Un año más los asistentes han disfrutado con la matanza en directo, han bailado y cantado al son de las dulzainas de Soria, han degustado un exquisito cerdo, y por supuesto han participado en actividades paralelas que se han celebrado dentro del Festival '+Q Cochinos'.
Así, el Museo del Cerdo ha vuelto a ser un lugar de obligada visita para los amantes de este animal, y un año más, como manda la tradición, las calles de la Villa Episcopal se han retraído en el tiempo para volver a la época medieval, la época de posguerra y por supuesto los días en los que matar a un cerdo era sinónimo de fiesta, poderío económico y una manera diferente de llenar la despensa de carne y proteínas.
Una tradición que el Virrey Palafox lleva haciendo cuarenta y dos años y para la que sus responsables esperan se prolongue, al menos, otros cuarenta y dos más.