Parte de los fondos obtenidos en la subasta de regalos se destinará al arreglo y mejora del tejado de la ermita de la Virgen de La Soledad.
Varios centenares de olvegueños viven hoy martes el Día de la Virgen de Olmacedo, y lo hacen en el marco de una jornada que culmina el programa de estos días, y que arrancó con el Día del Chorizo el 30 de abril, y tuvo el pasado domingo la jornada de las Comuniones..
Desde la Plaza de España, junto con la corporación y la Banda Municipal, se ha bajado hasta la iglesia el ramo de la Virgen. Tras la misa, se ha subido en procesión hasta le ermita, donde se ha procedido a la subasta de regalos donados por aquellos que quieren hacer una ofrenda a la patrona.
Parte de la recaudación de fondos de este año en la fiesta del martes van a ir destinados al arreglo y mejora del tejado de otra ermita de la población, la de la Virgen de la Soledad, y de la que salen los pasos de la Semana Santa de Ólvega. La devoción en este día, y el peso de la tradición, hace que los olvegueños sean generosos en la subasta.
l párroco de Ólvega, Jesús Hernández, valora positivamente la situación actual de la ermita de la Virgen de Olmacedo, ya que "está en perfecto estado de conservación". Hernández lo atribuye al cuidado continuo por parte del Ayuntamiento, los vecinos y los mayordomos, encargados en parte de su mantenimiento".
"En Ólvega no hay cofradías como las que encontramos en otras poblaciones, y aquí, en estos últimos treinta años, son los mayordomos de la Veracruz y los de la Virgen quienes hacen estas tareas", comenta el párroco, quien recuerda que los vecinos que cumplen los 50 años son los encargados de la preparación del entorno que rodea a la celebración festiva.
La organización que se sigue manteniendo combina la labor de los mayordomos de La Veracruz y de la Virgen. Ambos coinciden del 6 de enero al 3 de mayo, y a partir de esa fecha, en la jornada tradicional de La Cruz de Mayo, son los de la Virgen los que se encargan de todo lo relacionado con la ermita.
Construida en el siglo XIII, la ermita tiene una sola nave de cruz latina, abovedada en cinco tramos distintos por fajones sobre pilastras. Cuentan en Ólvega que los monjes de Fitero veneraban a la Virgen de Calatrava en esta ermita, y cuando se marcharon quisieron llevarse la Imagen, pero que La Virgen no quiso y se apareció en un olmo, de ahí su nombre 'Olmacedo'.