El pequeño tendría ahora cinco años y no se le ve desde que era un recién nacido, por lo que la Benemérita pide la colaboración ciudadana obtener pistas del paradero del menor.
Los padres están acusados de un delito de alteración de la paternidad o condición del menor, pero con los datos conocidos en la investigación, la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ávila analiza si "pudiera darse la posibilidad de la existencia de un supuesto delito de homicidio".
El caso tiene detalles estremecedores, ya que los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Ávila creen que el bebé pudo ser abandonado en una vivienda deshabitada próxima al domicilio familiar, en Navaluenga, que no reunía las mínimas condiciones para su habitabilidad.
La Guardia Civil solicita cualquier detalle o información de un niño que nació en el hospital Nuestra Señora de Sonsoles el 4 de junio de 2011, del que se cuenta el perfil ADN, información biológica y rasgos físicos para su posible identificación y localización, como que tiene tez blanca, ojos azules y pelo rubio.
En diciembre, los Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León retiraron la custodia de sus hijos a la madre, que ya había dado en adopción a otro menor. En ese momento se constató un niño, el que cumpliría cinco años a comienzos de junio.
Cuando estos hechos se pusieron en manos de la Fiscalía, se encargó la investigación a la Guardia Civil, que inició la investigación de la mano del Grupo de Delitos contra las Personas de la Unidad de Policía Judicial, y que de momento han supuesto la detención de los padres.
Los agentes han determinado que tras el nacimiento del bebé no se había conocido nada más de él y que incluso la madre había intentado ocultar el embarazo a su esposo.
Las explicaciones de la mujer han sido contradictorias sobre el paradero del niño. Llegó a explicar que fue entregado por la abuela materna, ya fallecida, a una familia alemana, si bien no aportó detalles. De todos modos, la Guardia Civil, en colaboración con la Interpol y la Policía de Alemania, intentaron sin éxito detectar si la versión era cierta.
También se certificó la imposibilidad física de que la abuela de la menor, que convivía en la casa familiar, hubiese entregado el pequeño a una familia que fue localizada cerca de Düsseldorf.
La investigación ha constatado que el bebé vivió con la madre unas tres semanas, y que pudo haber sido abandonado en un ático próximo, donde pudo haber fallecido, aunque no ha confirmación de este hecho.
A raíz de esta posibilidad, se han rastreado algunas zonas con un perro adiestrado y especializado en la localización de restos biológicos humanos, pero en la Guardia Civil han advertido que es "muy difícil la detección de restos" de un bebé, por eso el llamamiento a la colaboración ciudadana para lograr cualquier indicio de quien pudiera haber visto al menor.