El anuncio del Gobierno no recibe los parabienes de la Alianza UPA-COAG ni tampoco de la Consejería de Agricultura y Ganadería de Castilla y León.
Ante el anuncio que el último Consejo de Ministros acordaba con la vista a las cuentas estatales de 2017 por el que gravará, entre otros, las bebidas azucaras, el sector remolachero de Castilla y León así como el Ejecutivo regional han mostrado su disconformidad con tal medida.
"Las consecuencias también serían trágicas para los miles de empleos directos e indirectos que actualmente se generan en torno a esta actividad industrial en Castilla y León, lo que conllevaría una destrucción importante de tejido social y económico en la comunidad autónoma", ha valorado la Alianza UPA-COAG.
La Alianza asegura que si se hace oficial este "impuesto amargo", el sector remolachero-azucarero en Castilla y León estaría "tocado de muerte".
"Consideramos que desaparecerían miles de agricultores puesto que se pondría en duda no solo las ayudas públicas que perciben actualmente productores e industrias azucareras, sino la rentabilidad de un cultivo en Castilla y León, que no olvidemos es puntero en toda Europa, a nivel de rendimientos", han continuado.
Así, han calificado de "aberración" la propuesta del gobierno de aprobar un gravamen sobre los productos con alto contenido en azúcar. Creen que esto representaría "un daño irreparable para el sector remolachero" en la Comunidad, "que produce el 80% del azúcar nacional".
Según apuntan "el cultivo está a punto de sufrir una transformación absoluta, con la desaparición de las cuotas de azúcar a partir de septiembre del 2017". Arguyen que "si los responsables políticos del gobierno justifican esta decisión basándose en argumentos de salud pública", el problema debería enfocarse de manera positiva y no como un castigo al sector. Para ello, sugieren actuaciones "que favorezcan los hábitos saludables, mediante medidas pedagógicas, educativas y sociales, y no dentro del ámbito de los impuestos".
En ese mismo sentido, Milagros Marcos -consejera de Agricultura y Ganadería- ironizaba sobre "la oportunidad de eliminar todos los impuestos a los alimentos que son saludables". Tras aclarar que nadie ha puesto en duda el azúcar en la dieta, ha considerado que "no es la solución ni la vía más adecuada".
A su juicio, "un problema de salud no se solventa con medidas fiscales e impositivas". También ha advertido que un impuesto a las bebidas azucaradas "perjudicará claramente a un sector productivo, como el remolachero, que tendrá que afrontar en 2017 la liberalización de las cuotas".