Los daños sufridos en la explotación de un ganadero esta semana en Herreros pone de manifiesto para UPA-COAG la proliferación de esta especie en la provincia.
En la Alianza UPA-COAG en Soria, han puesto "el grito en el cielo", ante los ataques de lobos que aseguran vienen sufriendo los ganaderos de extensivo en provincia y la "indefensión" que estos sufren frente a la administración regional, la cual "claramente está apostando por contribuir a la proliferación de este cánido".
Para ambas organizaciones profesionales agrarias (OPAs) "ya va siendo hora de que la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León sea consciente de la incompatibilidad que existe entre la proliferación del lobo y la ganadería extensiva, que vive y se alimenta de los pastos que se generan en la naturaleza, y para ello necesita del pastoreo por los montes", han observado, indicando también que ello se ha puesto de manifiesto en provincias y comunidades limítrofes como La Rioja, donde se está llevando a cabo "un modelo de indemnización al ganadero ágil y rápido".
Sin embargo, en la Alianza ven que el incremento de ataque de cánidos ha crecido de una forma "alarmante", por lo que consideran preciso efectuar una gestión cinegética del lobo "mucho más ambiciosa y certera aumentando el número de sacrificios".
Según aducen, los últimos abatimientos de estos animales al norte del Duero demuestran que dichos cánidos son cruces con perros, por lo que consideran que la Administración "no está apostando por la conservación de la especie pura del lobo ibérico".
En este sentido han exigido una gestión "mucho más estricta, aumentando considerablemente el número de abatimientos" ya que la situación actual "está llevando a la desesperación y a abandono de su actividad a los ganaderos extensivos de la provincia y de la Comunidad Autónoma".
Una petición que pasa por una solución "satisfactoria e inmediata" para esta problemática con el fin de evitar en el futuro este tipo de ataques al ganado ovino, donde un afiliado a UPA comprobaba esta semana la muerte de cuatro de sus ovejas y la desaparición de buen número de reses de su propiedad en las inmediaciones de la localidad de Herreros, concretamente en la zona del pantano.