Artículo de opinión de Roberto Vega
Los Llamosos: epicentro del cross escolar actual (por su exigencia y porque obsequian al atleta que llega hasta la meta), escenario al que volvemos cada año porque necesitamos volver, modelo de afición. Pero: cuatrocientos setenta y nueve inscritos; ciento ochenta y dos atletas salieron, es decir, un 38 % de participación. No están contabilizados los atletas populares.
Se aprende mucho en Los Llamosos. El pasado día 15 no soplaba el cierzo, la yerba fue segada; perduran la hoguera y los bocadillos y los cafés gestionados por el pueblo; las madres buscan al responsable de los dorsales de su colegio, los padres se afanan en calentar con sus hijos; los jueces coordinados colgarán en la web las clasificaciones unas pocas horas más tarde.
Nuestro campo a través no es un escaparate, no es una tienda-vestuario muy grande y muy bonita y con letras de colores que se instala sólo en Valonsadero. El campo a través es un largo recorrido, bastante difícil, que no viene definido en los manuales como: trabajo-humildad-habilidades sociales-altruismo-constancia-coordinación. Porque Los Llamosos es un examen de excelencia: el momento en el que un atleta sabe controlar sus nervios, o una atleta saca todo el coraje que lleva dentro.
Familias, centros escolares e instituciones deberían valorar lo que significa pasar frío, sacrificarse, superarse, renunciar a caprichos y trabajar sin esperar nada a cambio. ¿Se aprecia la cantera de atletismo?