El 33% no se protege habitualmente del sol al volante, a pesar de que España es uno de los países con mayor índice de radiación ultravioleta.
Hasta un 46% de los conductores de la provincia no se revisa la visión de forma anual, lo que conlleva no tener un control ante posibles cambios de su agudeza visual. Así lo afirman en el Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL), donde han insistido en la necesidad de revisar la visión al igual que se comprueba el estado del vehículo, en especial si se utiliza alguna corrección visual o se superan los 45 años de edad.
Se calcula que un 24% de los conductores tiene alguna deficiencia visual y es necesario su control. Por otra parte, hay que tener en cuenta en los desplazamientos en vehículo, la exposición excesiva a la radiación solar ultravioleta, que puede producir daños oculares, entre los que destacan cataratas, 'pterigium' o degeneración macular, además de otros problemas importantes para el conductor como el deslumbramiento o la fatiga visual. En este sentido, en COOCYL advierten que el 33% de los conductores no se protege habitualmente del sol. Con ello, se incrementan los riesgos en la carretera, en especial, al conducir al atardecer, con los reflejos en el asfalto mojado o con los destellos de la luz al mediodía sobre el capó de otros vehículos, que puede provocar pérdida temporal de visión.
El delegado del colegio de profesionales en Soria, Pablo Jiménez, ha confirmado que uno de cada cuatro conductores se pone al volante con problemas de visión no corregidos "Si su visión lejana es borrosa, si tienen baja sensibilidad al contraste o si sienten deslumbramiento cuando conducen de noche, están poniendo en riesgo su vida y la de los suyos", ha descrito. Jiménez cree que es fundamental una revisión anual por parte del óptico-optometrista, "el cual le va a aconsejar sobre el tipo de soluciones más adecuadas para cada caso".
En este sentido, la secretaria general de COOCYL, Ana Belén Cisneros, insiste en que es necesario acudir al óptico-optometrista al menos una vez al año, "para que evalúe las condiciones visuales, especialmente cuando se tenga previsto realizar actividades donde la agudeza visual, el campo visual o la adaptación a la oscuridad jueguen papel fundamental, como es el caso de los desplazamientos de larga distancia".
Cisneros recuerda que la conducción bajo condiciones de alta iluminación está asociada a los riesgos por deslumbramiento, "debido a la radiación solar que puede existir". Por ello, recomiendan la utilización de gafas de sol homologadas que permitan bloquear esos destellos, y poder realizar la conducción "más confortable, segura y placentera". También ha mencionado la conocida como 'miopía nocturna', "ya que de noche y con muy baja iluminación funciona más la retina periférica que la central debido a la dilatación de las pupilas, por lo que todos los conductores sufrimos puntualmente unos pequeños cambios refractivos de -0,75 dioptrías en adelante".
· Si se utilizan gafas graduadas, se debe acudir a revisión cada año para comprobar una graduación correcta actualizada. Y aunque sean pocas dioptrías, hay que usarlas para conducir.
· Hay que utilizar gafas de sol homologadas de calidad para protegerse de los rayos solares y de los deslumbramientos.
· Si se padece alguna alteración o enfermedad visual hay que aumentar la distancia de seguridad, disminuir la velocidad y procurar no conducir con escasa luminosidad.
· Si existe una operación de miopía, hipermetropía, cataratas o glaucoma no se ha de conducir hasta que el facultativo lo indique.
· También aconsejan conducir a la velocidad adecuada porque la velocidad disminuye mucho el campo visual (se estrecha en visión de túnel) y agrava el riesgo de accidentes.