Santiago Aparicio, presidente de FOES. / SN


OPINIóN
Actualizado 03/03/2017 18:25:49

El presidente de FOES expone en una carta los argumentos que avalan el establecimiennto la vaquería en Noviercas.

Santiago Aparicio, presidente de la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas y de CECALE (entidad que agrupa a la patronal de Castilla y León), explica con detalle los argumentos que sostienen el proyecto para la implantación de la explotación ganadera en Noviercas, y que impulsa la empresa navarra Valle de Odieta.

Literalmente, la carta al director es como sigue:

"Al hilo de la expectación generada por la posible instalación de una explotación de vacuno de leche en la provincia de Soria, desde la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas (FOES), queremos recordar el apoyo unánime de la sociedad soriana plasmado por escrito el pasado 1 de marzo en la sede de FOES.

En relación a este proyecto, y desde el punto de vista de la economía de mercado es necesario ser conocedores de la evolución del sector de vacuno de leche en España, en Castilla y León, y en Soria.

El número de ganaderos y de cabezas de ganado dedicados a la producción de leche de vaca, ha ido disminuyendo durante los últimos años, en concreto ha descendido en España un 37,67%; un 54,64% en Castilla y León y un 89,13% en Soria. Galicia reúne el 56% de los productores, por delante de Asturias, con el 13%, y de Cantabria, con el 9%. La razón de esta desaparición generalizada, no es otra que la pérdida de rentabilidad de los últimos años, que ha llevado a la descapitalización y cierre de ese alto porcentaje de explotaciones ganaderas.

España se diferencia del resto de productores europeos, porque su consumo interno es mayor que la producción, lo que nos convierte en un país importador de lácteos. Según datos oficiales del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medioambiente, se importa en nuestro país el 13% del consumo total de leche, con un saldo negativo de la balanza exterior de -459.460 toneladas. Dentro de la Europa de los 28, España es el 7º país productor de leche de vaca, con el 4% del total de la producción europea. Galicia es la comunidad con más entregas, con el 38,1% del total, muy lejos de Castilla y León, con el 12,8%, y de Cataluña, con el 10,5%. El 53% de la leche de vaca en España se produce en la cornisa cantábrica (Galicia, Asturias y Cantabria).

Los empresarios somos muy conscientes (porque lo venimos sufriendo desde hace décadas) de que la globalización económica afecta a todos los sectores y ámbitos por igual, no estando excluido de la misma, el sector lácteo. Dicha globalización impone la competitividad empresarial que es uno de los principales objetivos de toda empresa, por lo que en una economía de mercado es normal y deseable que existan una gran cantidad de oferentes para que compitan entre sí y mejoren estas condiciones de precios y por supuesto, de calidad.

También hay tener en cuenta que las reglas del juego han cambiado a raíz de la liberalización del sector lácteo producida el 1 de abril del 2015, con la desaparición de las cuotas lácteas que habían estado vigentes durante treinta años y que hasta esa fecha, asignaban una determinada capacidad de producción a cada uno de los países de la Unión Europea. La liberalización implica, que a partir de ese momento, cada país puede producir sin más limitaciones que las propias del mercado. Ello supone una auténtica oportunidad, pues permite planificar estrategias para incrementar las exportaciones comunitarias de productos lácteos. Es un hecho que la demanda global de productos con valor añadido, crece a un ritmo del 2% anual, por lo que, entre otras cosas, no podemos desdeñar mercados de grandes consumidores (como China) que en un corto periodo de tiempo, se convertirán en deficitarios y se verán obligados a importar leche.

También debemos esgrimir que empresarialmente hablando, el sector lácteo es estratégico en el ámbito agroalimentario español por su relevancia económica, su contribución al desarrollo y por la fijación de la población rural, de la que tan necesitada está la provincia de Soria. Sin lugar a dudas, una mayor producción láctea contribuirá a la diversificación de productos lácteos, a fomentar un producto de mayor valor añadido dado el gran potencial de crecimiento en quesos y derivados en un mercado, en el que no olvidemos, España es deficitario.

En relación a la supuesta problemática medioambiental, diremos que este temor infundado procede del desconocimiento, pues la explotación ganadera no gestionará los residuos como lo vienen haciendo las instalaciones ganaderas tradicionales, es decir no se gestionarán utilizándolos directamente como abono en parcelas agrícolas cercanas. El modelo de gestión de residuos apuesta por la I+D, e implica un tratamiento industrial a través de una instalación contigua de una planta de biogás. Hoy por hoy, es el concepto más avanzado, más respetuoso con el medioambiente y con el cambio climático, y del cual técnicamente hay que destacar varios aspectos: reducirá las emisiones de gases contaminantes (especialmente metano), ayudará a producir energía y calor con fuentes renovables evitando el consumo de combustibles fósiles; a partir de la fracción sólida de los purines, se producirá compost y abonos orgánicos, evitando la aportación a los suelos de fertilizantes minerales. Y finalmente con estas actuaciones se reducirán los malos olores y los insectos tan característicos de las explotaciones tradicionales.

Desde FOES insistimos que en relación con las inquietudes generadas desde la perspectiva medioambiental, los empresarios sorianos seremos los primeros que reclamaremos un cumplimiento estricto de la normativa medioambiental, tal y como se viene haciendo con cualquiera de los proyectos empresariales que se instalan en nuestra región.

Nuestra Federación ve con preocupación que actores ajenos a esta provincia (e incluso ajenos a Castilla y León), están trasladando opiniones malintencionadas, carentes de cualquier información objetiva con el único ánimo de alarmar a la población. Observamos que las declaraciones que se están haciendo en contra de la explotación ganadera son completamente interesadas por parte de colectivos con miedo, que ven en un proyecto empresarial de altura, un posible competidor. El miedo siempre ha sido mal consejero, pero el miedo a la competencia global en el ámbito de la economía, es además precursor de la desaparición de aquellos sectores que no se transformen y que no aprovechen la competencia para aprender de ella, superarse y en definitiva ser más eficientes y más rentables.

La globalización económica es un proceso histórico resultado de la innovación humana y del progreso tecnológico del que venimos siendo partícipes hace décadas, con su lado bueno y con su lado menos bueno. Sería idílico que los habitantes de cada municipio de Castilla y León y por tanto de Soria, pudiéramos acercarnos a pie a comprar las lechugas, los pollos o la leche a la granja de al lado, pero por desgracia ese modelo es irreal. Todos los sectores de actividad hemos sufrido y mejorado con la globalización, desde el comercio, hasta los bienes de equipo, pasando por la alimentación, el sector del ocio, el propio sector ganadero e incluso el sector servicios. Es patente que en esta sociedad, cada vez más globalizada se ponen en marcha procesos de cambio, donde la competencia basada en los costes de producción se acentuará, y si no lo hacemos nosotros, otros vendrán a hacerlo. Ante ello sólo se puede actuar con una mayor eficiencia, con más control, con mayor optimización de costes en las empresas y con procesos de elaboración más competitivos; en definitiva con dimensionamiento y modernización de las explotaciones presentes y futuras, siendo éste en definitiva, el planteamiento de la explotación ganadera de Noviercas, en la provincia de Soria".

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SoriaNoticias
  2. >Opinión
  3. >Aparicio: “El ‘no’ a la explotación de vacuno de leche en un mercado globalizado no es una opción”